—¡Último escudo atacado!
En la RV, el programa de autorización PEM se estaba consumiendo. Líneas negras rodeaban el último escudo protector y empezaban a abrirse paso hacia el núcleo.
En la pantalla aparecían hackers de todas partes del mundo. El número casi se duplicaba cada minuto. En poco tiempo cualquiera que tuviera acceso a un ordenador (espías extranjeros, radicales, terroristas, etc.) podría examinar toda la información secreta de Estados Unidos.
Mientras los técnicos intentaban en vano acelerar el proceso de desconexión del suministro eléctrico, los reunidos en el estrado estudiaban el mensaje. Hasta David y los dos agentes de la NSA trataban de descifrar el código desde su furgoneta en España.
PRIME DIFFERENCE BETWEEN ELEMENTS RESPONSIBLE FOR HIROSHIMA AND NAGASAKI
Soshi pensó en voz alta.
—Los elementos responsables de Hiroshima y Nagasaki… ¿Pearl Harbor? ¿La negativa de Hirohito a…?
—Necesitamos un número —repitió Jabba—, no teorías políticas. Estamos hablando de matemáticas, no de historia.
Soshi calló.
—¿Qué me dicen de cargas explosivas? —dijo Brinkerhoff—. ¿Bajas? ¿Daños en dólares?
—Estamos buscando una cifra exacta —recordó Susan—. Los daños estimados varían. —Miró el mensaje—. Los elementos responsables…
A cuatro mil quinientos kilómetros de distancia David Becker puso los ojos en blanco.
—¡Elementos! —exclamó—. ¡Estamos hablando de matemáticas, no de historia!
Todas las cabezas se volvieron hacia la pantalla.
—¡Tankado está haciendo juegos de palabras! —soltó Becker—. ¡La palabra «elementos» tiene múltiples significados!
—Somos todo oídos, señor Becker —le apremió Fontaine.
—Está hablando de elementos químicos, no sociopolíticos.
La revelación de Becker se topó con miradas de incomprensión
—¡Elementos! —rugió—. ¡La tabla periódica! ¡Elementos químicos! ¿Ninguno de ustedes ha visto la película Creadores de sombras, sobre el Proyecto Manhattan? Las dos bombas atómicas eran diferentes. Utilizaron combustible diferente, ¡elementos diferentes!
Soshi aplaudió.
—¡Sí, tiene razón! ¡Lo he leído! ¡Las dos bombas utilizaron combustibles diferentes! ¡Una utilizó uranio y la otra plutonio! ¡Dos elementos diferentes!
Un murmullo se elevó en la sala.
—¡Uranio y plutonio! —exclamó Jabba, esperanzado de nuevo—. La pista se refiere a la diferencia entre los dos elementos. —Se giró hacia su ejército de trabajadores—. ¡Diferencia entre uranio y plutonio! ¿Quién sabe cuál es?
Miradas perdidas por todas partes.
—¡Venga! —dijo Jabba—. ¿Es que no habéis ido a la universidad? ¡Alguien! ¡Necesito la diferencia entre uranio y plutonio!
No hubo respuesta.
Susan se volvió hacia Soshi.
—Necesito acceder a Internet. ¿Qué navegadores tenéis instalados?
—El mejor es Netscape —dijo Soshi.
Susan le agarró la mano.
—Vamos a navegar.