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Un técnico subió corriendo al estrado con el rostro demudado.

—¡El bloque de túnel está a punto de desaparecer!

Jabba se volvió hacia la RV. Los atacantes se precipitaban hacia adelante, preparados para el asalto al quinto y último muro. El tiempo del banco de datos se estaba terminando.

Susan se aisló del caos que la rodeaba. Leyó una y otra vez el extraño mensaje de Tankado.

PRIME DIFFERENCE BETWEEN ELEMENTS RESPONSIBLE FOR HIROSHIMA AND NAGASAKI. [9]

—¡Ni siquiera es una pregunta! —gritó Brinkerhoff—. ¿Cómo puede haber una respuesta?

—Necesitamos un número —recordó Jabba—. El código desactivador es numérico.

—Silencio —dijo con tranquilidad Fontaine. Se volvió hacia Susan—. Señorita Fletcher, nos ha traído hasta aquí. Necesito que encuentre la solución.

Susan respiró hondo.

—El campo de entrada del código desactivador sólo acepta números. Yo diría que se trata de una pista para acertar el número correcto. El texto menciona Hiroshima y Nagasaki, las dos ciudades sobre las que se lanzaron bombas atómicas. Tal vez el código desactivador esté relacionado con el número de bajas, el cálculo en dólares de los daños… —Hizo una pausa y volvió a leer la pista—. La palabra «diferencia» parece importante. La diferencia principal entre Hiroshima y Nagasaki. Por lo visto, Tankado opinaba que los dos bombardeos eran diferentes.

Fontaine permaneció imperturbable. No obstante, las esperanzas se estaban desvaneciendo. Daba la impresión de que era preciso analizar, comparar y traducir a algún número mágico los antecedentes políticos que rodeaban los dos bombardeos más salvajes de la historia. Y en menos de cinco minutos.