Jones extendió el periódico sobre la barra del Mattie’s Ramble Inn y echó una bocanada de humo sobre él.
—¡Juáaa! —le dijo al señor Watson—. Me dio usté una buena idea con esa mierda del sabotaje. Ahora el sabotaje me lo hice a mí, que me veo otra vé vagabundo. ¡Sí, señó!
—Parece que este sabotaje estalló como una bomba nucular.
—Ese gordo chiflao es una bomba nucular garantiza al cien por cien. Mierda. Se lo echas encima a alguien y resulta que tó el mundo queda cogió en la lluvia radiactiva, le vuela el culo a tó el mundo. Sí, señó. El Noche de Alegría anoche era un verdadero zoo. Primero el pájaro, luego aquel gordo desgraciao y luego tres tipas que parecían recién escapas del gimnasio. Mierda. Tos allí peleando y arañando y chillando y aquel gordo chiflao grandote tirao en la calle como si estuviera muerto, la gente peleando y maldiciendo y dando vuelta alrededó de aquel tipo gordo desmayao allí en la calle. Parecía una pelea de una película del Oeste, una pelea de una banda. Se juntó un gentío tremendo allí en la Calle Bourbon. Parecía que teníamos un partido de fútbol. Y al final apareció la policía y agarró a aquella desgracia de la Lee. ¡Sí, señó! Resulta que ella no tenía ningún amigo en la comisaría. Puede que detengan también a alguno de aquellos huérfanos a los que ella ayudaba. ¡Juáaa! Y aquel periódico envió un montón de tipos allí a toma fotos y me preguntaron lo que había pasao. ¿Quién dice que un tipo de coló no pué conseguí que pongan su foto en primera página? Sí, señó. Juá. Voy a sé el vagabundo más famoso de la ciudá. Ya se lo dije yo al patrullero Mancuso. Fui y le dije: «Bueno, ahora este burdel se va a queda cerrao, ¿qué tal si le dice usté a su amigo de la comisaría que le ayudé para que no ande fastidiándome y diciendo que soy un vagabundo?» ¿Quién quiere verse metió en la cárcel con Lana Lee? Ya era bastante mala fuera. Mierda.
—¿Tienes algún plan de trabajo, Jones?
Jones soltó una nube oscura, aviso de tormenta, y luego dijo:
—Después del trabajo que he hecho por menos del salario mínimo, me merezco unas vacaciones pagas. Sí, señó. ¿Dónde voy a encontrá otro trabajo? Ya hay demasiaos tipos de coló arrastrando el culo por la calle. Sí, señó. ¡Juá! Es muy difícil conseguí un trabajo remunerao. Yo no soy el único tipo que tiene ese problema. Esa Darlene lo va a teñe muy difícil, le va a costa mucho encontrá trabajo para ella y para esa águila bailarina. La gente no olvidará lo que pasó la primera vez que metió el culo en un escenario y le echarán agua a la cara si va a pedí trabajo. ¿Comprendes? Usas a un tipo como ese gordo desgraciao pa hace sabotaje y resulta que luego hay mucha gente inocente como Darlene que acaba jodia. Como decía siempre la señorita Lee, aquel gordo chiflao es capaz de arruina la inversión de tós. Darlene y su águila voladora probablemente deben está mirándose ahora y diciendo: «¡Juá! ¡Qué fracaso de noche de estreno!» ¡Sí, señó! ¡Vaya noche de estreno! Siento muchísimo que el sabotaje perjudicara a Darlene, pero cuando vi a aquel gordo desgraciao, no pude remedíalo. Sabía que organizaría una explosión en el Noche de Alegría. Sí, señó. Y explotó de verdá. ¡Sí, señó!
—Suerte tuviste de que los policías no te detuvieran también a ti por trabajar en aquel bar.
—Aquel patrullero Mancuso dijo que agradecía que le hubiese enseñado el armarito. Dijo: «Nosotros los policías necesitamos gente como usté, que nos ayude.» Me dice: «Gente como usté es la que me ayuda a mí a hace mi trabajo.» Y yo voy y le digo: «¡Juáaa! No se olvide de decile a su amigo de la comisaría que no empiecen a perseguime por vagabundo.» Y va él y me dice: «Pues sí, claro que sí que lo haré. En comisaría sabrán tos lo que has hecho, sí, hombre». Ahora ellos los policías me aprecian. ¡Sí, señó! A lo mejó hasta me dan una especie de premio. ¿Por qué no?
Jones dirigió una bocanada de humo hasta la cabeza tostada del señor Watson.
—Y aquella cabrona de la Lee que tenía una foto suya metía en aquel armarito. El patrullero Mancuso se quedó mirando las fotos y casi se le caen los ojos al suelo. Decía: «¡Juáaa! ¡Eh! ¡Ahí va!», decía: «Muchacho, ahora sí que lo he conseguío, ahora sí que me ascenderán.» Y yo me dije entonces: «Bueno, pué que algunos asciendan. Y que otros vuelvan otra vez de vagabundos. Después de esta noche, algunos no van a teñe ya su empleo remunerao por debajo del salario mínimo. Algunos van a teñe que arrastra el culo otra vez por ahí por la ciudá. Y otros se pondrán aire acondicionao y televisión en coló.» Mierda. Primero soy barredó especializao y ahora soy vagabundo.
—Las cosas siempre pueden ponerse todavía peor.
—Sí. Dices bien, amigo. Tú tienes tu negocito, tienes tu hijo que está enseñando en la escuela y que debe teñe su aire acondicionao y su Buick y su televisión en coló. ¡Juá! Yo ni siquiera tengo un transiste. Él salario del Noche de Alegría mantenía a la gente por debajo del nivel del acondicionado de aire —Jones formó una nube filosófica—. Pero tú tienes razón en parte, Watson. Las cosas pueden empeora todavía má. Yo podría sé, por ejemplo, aquel gordo desgraciao. ¡Puaf! A un tipo así, pué pasarle cualquier cosa. ¡Sí, señó!