VI

Santa Battaglia mostró el periódico a la foto de su madre y dijo:

—¿Qué te parece esto, dime? ¿No te enorgulleces de tu nieto Angelo? ¿Te gusta, querida?

Señaló luego la otra foto.

—¿Qué te parece ese chico chiflado de la pobre Irene tumbado ahí en la calle como si fuera una ballena muerta? ¿Verdad que es triste? Esa chica tiene que librarse de ese hijo. ¿Qué hombre va a casarse con Irene con ese gorila por la casa? Nadie, por supuesto.

Santa cogió la foto de su madre y le dio un beso sonoro y húmedo.

—Tú no te preocupes, mujer. Ya sabes que yo rezo por ti.