El patrullero Mancuso se apoyó en la mesa del sargento y jadeó:
—Tiene usted que sacarme de aquel retrete. No puedo soportarlo más.
—¿Qué? —el sargento contempló la marchita imagen que tenía ante sí, los ojos rosados y acuosos detrás de las gafas, los labios secos tras la blanca perilla—. ¿Qué le pasa a usted, Mancuso? ¿Por qué no puede aguantar allí como un hombre? Coger un catarro. Los hombres del cuerpo no cogen catarros. Los hombres del cuerpo son fuertes.
El patrullero Mancuso tosió mojándose la perilla.
—No ha cogido usted a nadie en esa estación de autobuses. ¿Recuerda lo que le dije? Seguirá allí hasta que me traiga a alguien.
—Estoy cogiendo una neumonía.
—Tómese unas pastillas. Largúese de aquí y tráigame a alguien.
—Mi tía dice que si sigo en esos lavabos me moriré.
—¿Su tía? Hombre, por Dios, un hombre mayor como usted no debe andar haciendo caso de lo que dice su tía. Vamos. ¿Con qué clase de gente se relaciona usted, Mancuso? Señoras viejas que van solas a los locales de striptease, tías… debe pertenecer usted a alguna asociación de damas o algo por el estilo. Póngase firmes.
El sargento examinó la imagen miserable que tiritaba con las secuelas de una tos peligrosa. No quería ser responsable de una muerte. Mejor sería darle a Mancuso otro período de prueba antes de echarle del cuerpo.
—De acuerdo. No vuelva usted a esa estación de autobuses. Dedíquese a recorrer otra vez las calles y antes de que oscurezca tráigame a alguien. Pero escuche, le doy dos semanas. Si en ese tiempo, no me trae a nadie, quedará expulsado del cuerpo. ¿Me ha entendido, Mancuso?
El patrullero Mancuso asintió, resollando.
—Lo intentaré. Procuraré traer a alguien.
—Deje de echarse sobre mí —chilló el sargento—. No quiero que me pegue el catarro. Póngase firmes. Largúese de aquí. Tómese pastillas y zumo de naranja. Santo Dios.
—Le traeré a alguien —rezongó de nuevo el patrullero Mancuso, esta vez en tono menos convincente que antes. Luego, salió con su nuevo disfraz, la última broma pesada del sargento. Gorra de béisbol y disfraz de Papá Noel.