Octubre de 1917
Estimado lord Ashbury,
Tengo el terrible deber de informarle sobre la triste noticia de la muerte de su hijo David. Comprendo que en estas circunstancias poco pueden hacer las palabras por atenuar su pena y su dolor, pero en calidad de oficial superior inmediato de su hijo, y de persona que lo ha conocido y admirado, quiero hacerle llegar mis más sinceras condolencias por su tremenda pérdida.
Deseo también informarle acerca de la valiente actitud que demostró su hijo, con la esperanza de que pueda darle algún consuelo saber que vivió y murió como un caballero y un soldado. El día anterior a su muerte, comandaba un grupo de hombres a quienes se les había encomendado una tarea de reconocimiento de importancia vital. Esa noche él decidió dirigir a sus hombres en una misión fundamental para localizar al enemigo. Le complacerá saber que gracias al excelente liderazgo de su hijo y el buen trabajo de los hombres a su cargo, logramos nuestro objetivo.
Los hombres que acompañaban a su hijo me han informado de que entre las tres y las cuatro de la mañana del 12 de octubre, mientras regresaban al Cuartel General, los sorprendió la repentina muerte del soldado David Hartford. La esquirla de un proyectil cayó sobre él matándolo instantáneamente. Nuestro único consuelo es que no sintió ningún dolor.
Fue sepultado al amanecer en el sector norte del pueblo de Passchendaele, un nombre, lord Ashbury, que será largamente recordado en la historia de las fuerzas armadas británicas. El lugar de su última morada fue escenario de una de las más gloriosas victorias de nuestro país. En la 4.ª División de Essex lo echaremos de menos terriblemente.
Si hay algo que pueda hacer por usted, por favor, no dude en decírmelo.
Sinceramente suyo.
Teniente Coronel Lloyd Auden Thomas