Lo primero que hice fue coger mi llavero del aparador y examinar las llaves, sorprendido de que Sadie nunca me las hubiera enseñado para ver si me refrescaban la memoria… pero claro, no podía pensar en todo. Había una docena exacta. No tenía ni idea de para qué servían la mayoría de ellas, pero estaba bastante convencido de que la Schlage abría la puerta delantera de mi casa en… ¿era Sabattus? Creía que acertaba, pero no estaba seguro.
Entre las demás había una llave pequeña. Llevaba estampado FC y 775. Era la llave de una caja de seguridad, en efecto, pero ¿cuál era el banco? ¿First Commercial? Sonaba a banco, pero no encajaba.
Cerré los ojos y contemplé la oscuridad. Esperé, estaba casi seguro de que llegaría lo que quería…, y así fue. Vi una caja de seguridad con una funda de cocodrilo falso. Me vi abriéndola. Eso fue sorprendentemente fácil. Impreso en el resguardo de arriba figuraba no solo mi nombre en la Tierra de Antaño sino también mi última dirección oficial en ella.
214 Neely O. St. Apartamento 1
Dallas, TX
Pensé: Allí fue donde me robaron el coche.
Y pensé: Oswald. El asesino se llama Oswald Conejo.
No, por supuesto que no. Era un hombre, no un personaje de dibujos animados. Pero se acercaba.
—Voy por ti, señor Conejo —dije—. Todavía voy.