Invertimos sólo tres meses en la escritura del primer borrador de Hermosas criaturas, y esta resultó ser la parte fácil. Subsanar los errores fue mucho más complicado y requirió la ayuda de muchas personas.
Este es el árbol genealógico de esta novela:
Raphael Simón y Hilary Reyl. Que lo vieron antes de que hubiera nada que ver.
Sarah Burnes, de The Gernert Company, una extraordinaria agente literaria. Que lo leyó y lo apoyó desde el principio.
COURTNEY GATEWOOD, de THE GERNERT COMPANY, LA AGENTE 007. Que nos hizo cruzar el océano y nos llevó aún más lejos.
JENNIFER HUNT Y JULIE SCHEINA, DEL GENIAL E IMPLACABLE EQUIPO EDITORIAL DE LITTLE BROWN. Que nos hicieron sudar y llorar hasta dejarlo todo bien.
DAVE CAPLAN, NUESTRO INGENIOSO Y VISIONARIO DISEÑADOR. Que creó el camino a Ravenwood exactamente como nosotras lo habíamos imaginado.
Mathew Chupack. Que convirtió nuestros latinajos en latín de verdad.
ALEX HOERNER, FOTÓGRAFO DE LAS ESTRELLAS (Y NUESTRO). Que nos dio un aspecto tan favorecedor sin ningún hechizo.
Nuestros parientes de Carolina del Norte, en especial el genealogista Haywood Alnsley Early. Que nos ayudó a plantar nuestro propio árbol genealógico.
Y Anna Gatlin Harmon, nuestra Hija de Confederación predilecta. Que nos prestó su nombre de soltera y consiguió que habláramos con corrección.
Y NUESTROS LECTORES:
Hannah, Alex C, Tori, Yvette, Samantha, Martine, Joyce, OSCAR, David, Ash, Virginia, Jean x 2, Kerri, Dave, Madeline, Phillip, Derek, Erin, Ruby, Amanda y Marcos. Su deseo de saber qué ocurría a continuación cambió lo que pasaba a continuación.
Ashly, alias «reina adolescente de los vampiros», Susan y John, Robert y Celeste, Burton y Mare. Que nos escucharon y nos animaron a lo largo de toda nuestra vida.
May y Emma. Que por dos veces se quedaron en casa después de clase para suprimir lo cursi y descubrieron el trozo que faltaba al final como sólo son capaces de hacerlo dos personas a los trece y quince años respectivamente.
Kate P y Nick y Stella G. Que se durmieron todas las noches oyendo el tecleo de un portátil.
Y por supuesto, Alex y Lewis. Que encontraron todos los agujeros y se aseguraron de que el universo no se cayera por ellos. Que soportaron todo lo dicho hasta ahora y aún más