Entra el rey
REY
Le he mandado buscar, y que encuentren el cuerpo.
Qué peligroso es que este hombre ande suelto.
Con todo, no debemos aplicarle
El rigor de la Ley.
Lo ama la multitud chiflada, que se guía
No por el juicio sino por los ojos.
Y cuando esto sucede, se sopesa el castigo
Del delincuente, y jamás el delito.
Para llevarlo todo a cabo
Con equilibrio y suavidad,
Esta súbita orden de enviarlo a otro sitio
Tiene que parecer
Que es una reflexión deliberada.
Cuando los males llegan a ser desesperados,
El remedio que puede aliviar de ellos
O es a su vez desesperado, o bien no existe.
Entra Rosencrantz
¿Qué nuevas hay? ¿Qué ha sucedido ahora?
ROSENCRANTZ
Dónde haya puesto el cuerpo,
No podemos, milord, lograr que nos lo diga.
REY
¿Pero dónde está él?
ROSENCRANTZ
Aquí afuera, milord, guardado,
En espera de vuestras órdenes.
REY
Presentadlo ante nos.
ROSENCRANTZ
Eh, Guildenstern, trae a Su Alteza.
Entran Hamlet y Guildenstern
REY
Veamos, Hamlet, ¿dónde está Polonio?
HAMLET
En una cena.
REY
¿En una cena? ¿Dónde?
HAMLET
No una donde come, sino donde lo comen a él; cierta reunión de gusanos políticos está ahora mismo con él. El gusano es vuestro único Emperador de la Dieta. Nosotros engordamos a todas las demás criaturas para que nos engorden, y nos engordamos a nosotros mismos para los gusanos. Vuestro gordo rey y vuestro flaco pordiosero no son más que diversos manjares, dos platos para una misma mesa; ese es el fin.
[REY
Ay Dios, ay Dios.
HAMLET
Un hombre puede pescar con un gusano que se ha comido a un rey, y comerse al pez que se ha zampado ese gusano.]
REY
¿Qué queréis decir con eso?
HAMLET
Nada, sino mostraros cómo un rey puede ir en desfile por las tripas de un mendigo.
REY
¿Dónde está Polonio?
HAMLET
En el cielo, mandad mirar allá. Si vuestro mensajero no lo encuentra allí, buscadlo en el otro lugar vos mismo. Pero en verdad, si no lo encontráis en el curso de este mes, podréis olerlo al subir la escalera hacia la galería.
REY
Id a buscarlo allí.
HAMLET
No se moverá hasta que lleguéis.
REY
Hamlet, este suceso,
Por tu seguridad particular,
De la que siempre estamos preocupados,
Pues lamentamos cariñosamente
Lo que tú has hecho, tiene que alejarte
Con la mayor premura. Por lo tanto, prepárate,
El bajel está listo, el viento es favorable,
Los que han de acompañarte esperan ya,
Y todo está dispuesto para ir a Inglaterra.
HAMLET
¿A Inglaterra?
REY
Sí, Hamlet.
HAMLET
Está bien.
REY
Lo está, en efecto, si miras mis propósitos.
HAMLET
Veo un querubín que los mira. Pero adelante: a Inglaterra.
Adiós, querida madre.
REY
Tu afectuoso padre, Hamlet.
HAMLET
Mi madre: padre y madre son marido y mujer; marido y mujer con una sola carne, y así, es mi madre. Adelante: a Inglaterra.
Sale
REY
Pisadle los talones, inducidlo a embarcarse
Sin dilación, no os demoréis. Quiero que zarpe
Esta noche sin falta.
En marcha, que está ya sellado y concluido
Todo lo que a este asunto se refiere.
Os ruego que os deis prisa.
Y tú, Inglaterra, si en alguna estima
Tienes mi amor, como puede indicártelo
Mi gran poder, pues todavía
Se muestra en carne viva y roja
La cicatriz que debes a la espada danesa,
Y tu libre respeto nos rinde aún homenaje,
No acojas fríamente nuestro real mandato,
El cual implica finalmente,
Mediante cartas que a ese efecto imploran,
La muerte sin tardar de Hamlet.
Hazlo, Inglaterra, que está devastándome
Como fiebre en mi sangre, y tú debes curarme;
Hasta que sepa yo que todo se ha cumplido,
Y pase lo que pase, dichoso no habré sido.
Sale