Entra Hamlet
HAMLET
Puesto a buen recaudo.
ROSENCRANTZ Y GUILDENSTERN
[Dentro]
Hamlet, señor Hamlet.
HAMLET
¿Qué ruido es ese? ¿Quién llama a Hamlet?
Ah, ahí vienen.
Entran Rosencrantz y Guildenstern
ROSENCRANTZ
¿Qué habéis hecho, milord, del cuerpo muerto?
HAMLET
Mezclarlo con el polvo, con el que estaba emparentado.
ROSENCRANTZ
Decidnos dónde está para que lo llevemos
Desde allá a la capilla.
HAMLET
No lo creáis.
ROSENCRANTZ
¿Creer qué?
HAMLET
Que pueda seguir vuestro consejo y no el mío. Además, si le hace preguntas una esponja, ¿qué respuesta puede dar el hijo de un rey?
ROSENCRANTZ
¿Me tomáis por una esponja, milord?
HAMLET
Sí señor, que chupa la autoridad del rey, sus recompensas, sus atribuciones. Pero esos subalternos dan al rey el mejor servicio al final. Los guarda, como un mono, en el rincón de su quijada: lo primero que mastica y lo último que traga; cuando necesita lo que habéis recogido, sólo tiene que exprimiros, y vosotros, esponjas, quedáis otra vez secos.
ROSENCRANTZ
No os entiendo, milord.
HAMLET
Me alegro de ello: los discursos canallas duermen en los oídos necios.
ROSENCRANTZ
Milord, tenéis que decirnos dónde está el cuerpo, y acompañarnos ante el rey.
HAMLET
El cuerpo está con el rey, pero el rey no está con el cuerpo.
El rey es una cosa…
GUILDENSTERN
¿Una cosa, milord?
HAMLET
De nada. Llevadme con él. Escóndete, zorro, y todos tras él.
Salen