Un agradecimiento especial a mi mujer, Michelle, por su amor y apoyo.
A Ed Victor, por empezarlo todo.
A Steve Ross, Luke Dempsey y a los equipos de Crown Publishers y Almuzara al completo.
A T. M. por cubrirme las espaldas.
A Brad Graham, del Washington Post; a los doctores Cohen, Whitemann y Hayward; a los profesores Greenberger y Tongun; al rabino Andy; al padre Fraser; al STS2SS Bordeaux (USN fmr); a Bob y Esther; a Julie; a Jessie; a Gregg; a Honupo; y a mi padre, por el «factor humano».
Finalmente, me gustaría dar las gracias a los tres hombres que me inspiraron para hacer posible este libro: Studs Terkel; el difunto general Sir John Hackett; y, por supuesto, el genio y el terror de George A. Romero.