El primer volumen de Diario de una invasión zombie nos adentraba en lo más profundo de la mente de un oficial del ejército y superviviente, que, al llegar al Año Nuevo, tomaba la decisión de escribir un diario. Se mantenía firme en su propósito y nos narraba la destrucción de la humanidad día a día. Así, contemplábamos la transición entre la vida que vosotros y yo mismo vivimos y la perspectiva de tener que luchar contra abrumadoras hordas de muertos vivientes por la supervivencia. Lo vimos sangrar, lo vimos cometer errores, lo vimos evolucionar.
En el primer volumen de Diario de una invasión zombie, el protagonista y su vecino John sobrevivían a numerosas pruebas y tribulaciones, y finalmente escapaban ante la decisión del gobierno de destruir la ciudad de San Antonio, Texas, mediante un holocausto nuclear. Terminaban ocultos en una base estratégica de lanzamiento de misiles atómicos ya abandonada, a la que sus antiguos ocupantes habían llamado «Hotel 23». Después de su llegada captan una débil señal de radio: una familia de supervivientes se ha refugiado en una buhardilla. Incontables muertos vivientes les aguardan en el piso de abajo. Un hombre llamado William, su esposa Janet y la hija de ambos, Laura, son los únicos que han sobrevivido en la localidad. Tras un milagroso rescate, la familia aúna fuerzas con el protagonista de nuestra historia para seguir con vida. Pero puede que con eso no baste en un mundo que ya está muerto, un horrible lugar que ya ha sufrido el Apocalipsis, y en el que la simple infección de una herida, por no hablar de los millones de muertos vivientes, podría matarlos y añadirlos al monumental censo de cadáveres andantes.
Esa situación provoca que algunas personas den lo peor de sí…
Sin previo aviso, una cuadrilla de malhechores en busca de víctimas lanza un asalto inmisericorde contra los supervivientes refugiados en el Hotel 23. Quieren matarlos para quedarse con la base y con los abundantes suministros que se hallan en su interior. Al final de la primera novela fracasaban en su empeño, pero los supervivientes tienen miedo de que vuelvan en un número mucho mayor… eso si los incontables millones de implacables muertos vivientes no acaban antes con ellos.
Esta novela empieza donde terminó la anterior. El narrador y unos pocos supervivientes que no perecieron en un inimaginable cataclismo mundial siguen refugiados en el Hotel 23. Acompáñalos en su viaje al Apocalipsis y piensa por un instante que cualquiera de ellos podrías ser tú.
Una vez más, bienvenido, y cierra bien la puerta…
J. L. Bourne.