Notas

[1] Heber C. Kemball, en uno de sus sermones, alude con este título galante a sus cien esposas. <<

[2] «El pueblo me silba, pero yo me aplaudo en mi casa mientras contemplo cariñosamente las monedas en mi caja fuerte» (De la Primera Sátira de Horacio) (Nota del ePubEditor) <<