Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas. Tal vez sea

porque soy un salvaje y no comprendo.

No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde

se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un

insecto. Más tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El

ruido parece solamente insultar los oídos.

 

¿Qué resta de la vida si un hombre no puede oír el llorar solitario de un ave o

el croar nocturno de las ranas alrededor de un lago? Yo soy un hombre piel

roja y no comprendo. El indio prefiere el suave murmullo del viento

encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia

diurna y perfumado por los pinos.

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