“Que importante lo que dijiste, joven amigo” -contesto sonriente el maestro-.

“Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve al mercado y

vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo? Dile que quieres vender el

anillo y pregúntale cuanto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo

vendas. Vuelve aquí con mi anillo”.

 

El joven acudió raudo a un joyero, el cual examinó el anillo a la luz del candil,

lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

valor_anillo_2.png