EL VERDADERO VALOR DEL ANILLO"

Trabajo humano

 

 

Un día se presentó ante un anciano que tenía fama de sabio, un joven con

aspecto atribulado que de forma apresurada le dijo:

 

“Maestro, estoy desesperado, me siento tan miserable que me faltan las

fuerzas para emprender cualquier cosa. Pienso que no sirvo para nada y que

mi vida es un fracaso. En realidad, nadie me escucha ni aprecia la buena

intención de mis palabras. Me han dicho que vuestros remedios y enseñanzas

son muy especiales. Estoy dispuestos a serviros en lo que necesitéis, pero por

favor, guiadme, a la solución de mi problema. ¿Qué puedo hacer?”

 

El anciano, sin casi mirarlo le dijo: “Cuánto lo siento, muchacho, no puedo

ayudarte ya que primero debo resolver mi propio problema. Quizás después...”

Y haciendo una pausa agregó “Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría

resolver mi asunto con más rapidez y después, tal vez podría de ayudarte”.

 

“De acuerdo Maestro”, contestó el joven con un rayo de esperanza, ¿”qué

puedo hacer yo por ti”?