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Ni siquiera sabemos con certeza si los Hermanos de la segunda línea poseyeron el mismo saber que la primera, ni si pudieron acceder al conocimiento de todos los secretos.

(Fama Fraternitatis, en Allgemeine und general Reformation, Cassel, Wessel, 1614)

Se lo comuniqué perentoriamente a Belbo y a Diotallevi: convinieron en que el sentido secreto de los manifiestos era clarísimo, incluso para un ocultista.

—Ahora se entiende —dijo Diotallevi—. Nos habíamos empecinado en que el Plan se había interrumpido en el paso de los alemanes a los paulicianos, pero en realidad se detuvo en 1584, en el paso de Inglaterra a Francia.

—¿Y por qué? —preguntó Belbo—. ¿Tenemos una buena razón para explicar que en 1584 los ingleses no logran concretar la reunión con los franceses? Los ingleses sabían dónde estaba el Refuge, vamos, eran los únicos que lo sabían.

Quería descubrir la verdad. Puso en marcha a Abulafia. Para probar, pidió una conexión entre sólo dos datos. El output fue:

Minnie es la novia del Ratón Mickey

Treinta días tiene noviembre, con abril, junio y septiembre.

—¿Cómo hay que interpretarlo? —preguntó—. Minnie tiene una cita con el Ratón Mickey, pero por error la ha fijado para el treinta y uno de septiembre, y el Ratón Mickey…

—¡Que nadie se mueva! —dije—. ¡Minnie sólo habría podido cometer un error fijando la cita para el 5 de octubre de 1582!

—¿Y por qué?

—¡La reforma gregoriana del calendario! Nada más lógico. En 1582 entra en vigor la reforma gregoriana que corrige el calendario juliano, y para restablecer el equilibrio se eliminan diez días del mes de octubre: ¡del 5 al 14!

—Pero la cita en Francia es en 1584, la noche de San Juan, el 23 de junio —dijo Belbo.

—Efectivamente. Pero si mal no recuerdo, la reforma no entró inmediatamente en vigor en todas partes. —Consulté el Calendario Perpetuo que teníamos en la estantería—. Aquí está: la reforma se promulgó en 1582, y se abolieron diez días, del 5 al 14 de octubre, pero esto sólo vale para el papa. Francia adopta la reforma en 1583, y elimina los diez días, del 10 al 19 de diciembre. En Alemania se produce un cisma y las regiones católicas adoptan la reforma en 1584, al igual que en Bohemia, pero en las regiones protestantes la reforma se adopta en 1775, ya ven, casi doscientos años más tarde, para no hablar de Bulgaria, éste es un dato que conviene retener, que sólo la adopta en 1917. Veamos ahora Inglaterra… ¡Pasa a la reforma gregoriana en 1752! Natural, por odio a los papistas los anglicanos también resisten dos siglos. Y ahora se entiende lo que sucedió. Francia elimina diez días a finales de 1583, y para junio de 1584 todo el mundo se ha acostumbrado. Pero cuando en Francia es el 23 de junio de 1584, en Inglaterra aún es el 13 de junio, y a quién se le ocurriría pensar que un buen inglés, aunque fuese templario, y sobre todo en aquella época en que la información todavía circulaba lentamente, ha considerado este asunto. Siguen conduciendo por la izquierda e ignoran el sistema métrico decimal aún hoy… De manera que los ingleses se presentan en el Refuge su 23 de junio, que para los franceses ya es el 3 de julio. Piensen ustedes que la reunión no debía celebrarse a bombo y platillo, sino que era un encuentro furtivo en la esquina justa y a la hora justa. Los franceses acuden al sitio el 23 de junio, esperan un día, dos, tres, siete, y después se marchan pensando que ha sucedido algo. A lo mejor renuncian desesperados, justo la vigilia del 3 de julio. Los ingleses llegan al día siguiente y no encuentran a nadie. Quizá también ellos esperan ocho días, y no aparece nadie. Así fue como los dos grandes maestres no llegaron a encontrarse.

—Sublime —dijo Belbo—. Eso fue lo que sucedió. Pero, ¿por qué actúan los rosacruces alemanes y no los ingleses?

Pedí otro día de tiempo, hurgué en mi fichero y regresé a la oficina deslumbrante de orgullo. Tenía una pista, aparentemente mínima, pero así trabaja Sam Spade, nada es insignificante para su mirada rapaz. Hacia 1584, John Dee, mago y cabalista, astrólogo de la reina de Inglaterra, ¡recibe el encargo de estudiar la reforma del calendario juliano!

—Los ingleses se reunieron con los portugueses en 1464. A partir de esa fecha parece desatarse un fervor cabalístico en las islas británicas. Se estudia el mensaje recibido, a la espera del siguiente encuentro. John Dee es el impulsor de ese renacimiento mágico y hermético. Reúne una biblioteca personal de cuatro mil volúmenes, que parece organizada por los templarios de Provins. Su Monas Ierogliphica da la impresión de estar inspirada directamente en la Tabula smaragdina, la biblia de los alquimistas. ¿Y a qué se dedica John Dee a partir de 1584? ¡A leer la Steganographia de Tritemio! Y la lee en el manuscrito, porque la primera versión impresa no aparecerá hasta comienzos del siglo XVII. Gran Maestre del grupo inglés que ha sufrido el revés del encuentro fracasado, Dee quiere descubrir qué ha sucedido, cuál ha sido el error. Y como también es un buen astrónomo, se da una palmada en la frente y dice qué imbécil he sido. Y se pone a estudiar la reforma gregoriana, sacándole una subvención a Isabel, a fin de ver cómo se puede reparar el error. Pero se da cuenta de que es demasiado tarde. No sabe con quién contactar en Francia, pero en cambio tiene contactos con la zona centroeuropea. La Praga de Rodolfo II es un verdadero laboratorio alquímico, y de hecho es allí donde acude Dee en esos años, y se encuentra con Khunrath, el autor de aquel Amphitheatrum sapientiae aeternae cuyas láminas alegóricas inspirarán tanto a Andreae como a los manifiestos rosacrucianos. ¿Qué relaciones establece Dee? Lo ignoro. Carcomido por el remordimiento de haber cometido un error irreparable, muere en 1608. No teman. Porque en Londres actúa otro personaje al que la gente considera un rosacruz y que de los rosacruces hablará en su Nueva Atlántida. Me refiero a Francis Bacon.

—¿Es verdad que Bacon habla de ellos? —preguntó Belbo.

—No exactamente, pero un tal John Heydon reescribe la Nueva Atlántida con el título de The Holy Land, y allí introduce a los rosacruces. Para nosotros es igual. Bacon no los menciona abiertamente para no traicionar el secreto, pero es como si los mencionase.

—Y al que no lo crea, mal rayo le parta.

—Eso mismo. Y es precisamente por inspiración de Bacon que se intenta estrechar aún más los lazos entre el ambiente inglés y el alemán. En 1613 tiene lugar la boda entre Isabel, hija de Jaime I, que ahora ocupa el trono de Inglaterra, y Federico V, elector palatino del Rin. Después de la muerte de Rodolfo II, Praga ha dejado de ser un sitio idóneo y Heidelberg recoge la antorcha. La boda entre ambos príncipes es un despliegue de alegorías templarias. En el curso de las ceremonias londinenses, la dirección escénica corre a cargo del propio Bacon, y se representa una alegoría de la caballería mística en la que unos caballeros aparecen en la cima de una colina. Es evidente que, muerto Dee, Bacon es el gran maestre del grupo templario inglés…

—…Y puesto que también está claro que es el autor de los dramas de Shakespeare, tendríamos que releer todo Shakespeare, que desde luego no hablaba de otra cosa que del Plan —dijo Belbo—. Noche de San Juan, sueño de una noche de mediados de verano.

—El 23 de junio cae al principio del verano.

—Licencia poética. Me pregunto cómo es posible que nadie haya reparado jamás en estos síntomas, estas evidencias. Todo me parece de una claridad casi insoportable.

—Hemos sido desviados por el pensamiento racionalista —dijo Diotallevi—. Siempre lo he dicho.

—Deja que prosiga Casaubon, me parece que ha hecho un trabajo excelente.

—No queda mucho que decir. Después de los festejos londinenses empiezan las ceremonias en Heidelberg, donde Salomon de Caus había construido para el elector esos jardines colgantes cuya pálida evocación, como recordarán, tuvimos ocasión de visitar aquella noche en el Piamonte. Y durante esos festejos aparece un carro alegórico en que el esposo está representado por Jasón y en el que hay una imagen de su nave, con los dos mástiles adornados por los símbolos del Toisón de Oro y de la Jarretera, espero que aún recuerden que el Toisón de Oro y la Jarretera también aparecen en las columnas de Tomar… Todo coincide. Al cabo de un año aparecen los manifiestos rosacrucianos, la señal que los templarios ingleses, valiéndose de la ayuda de algunos amigos alemanes, lanzan por toda Europa para reconstruir los hilos del Plan interrumpido.

—Pero, ¿adónde quieren llegar?