Invoca las fuerzas de la Tabla de la Unión mediante el Supremo Ritual del Pentagrama, con el Espíritu Activo y Pasivo con Eheieh y Agla. Regresa al Altar y recita la siguiente Invocación de los Espíritus Enochianos: Ol Sonuf Vaorsag Goho Iad Balt, Lonsh Calz Vonpho, Sobra Z-ol Ror I Ta Nazps, od Graa Ta Malprg… Ds Hol-q Qaa Nothoa Zimz, Od Commah Ta Nopbloh Zien…
(Israel Regardie, The Original Account of the Teachings, Rites and Ceremonies of the Hermetic Order of the Colden Dawn, Ritual for Invisibility, St. Paul, Llewellyn Publications, 1986, p. 423)
Tuvimos suerte, y la primera entrevista fue de excelente nivel, al menos a los efectos de nuestra iniciación.
Para la ocasión el trío estaba al completo, Belbo, Diotallevi y yo, y cuando entró la visita poco faltó para que le recibiéramos con un grito de sorpresa: tenía la facies hermetica que nos había descrito Lorenza Pellegrini y además vestía de negro.
Entró mirando a su alrededor con cautela, y se presentó (profesor Camestres). A la pregunta «¿profesor de qué?», hizo un gesto vago, como invitándonos a ser reservados.
—Ustedes perdonen —dijo—, no sé si el tema les interesa sólo desde un punto de vista técnico, comercial, o si están vinculados a algún grupo…
Le tranquilizamos.
—No se trata de un exceso de prudencia por mi parte —dijo—, pero no me agradaría mantener relaciones con alguien de la OTO. —Después al notar nuestra perplejidad—: Ordo Templi Orientis, el conventículo de los últimos supuestos fieles de Aleister Crowley… Veo que ustedes son ajenos a… Mejor así, no tendrán prejuicios. —Aceptó la invitación a sentarse—. Porque miren ustedes, la obra que quiero presentarles a ustedes se enfrenta valientemente a las tesis de Crowley. Todos nosotros, incluido yo mismo seguimos siendo fieles a las revelaciones del Liber Al vel legis que, como qulzá ya sepan, fue dictado a Crowley en El Cairo, en 1904, por una inteligencia superior llamada Aiwaz. Y a ese texto se atienen aún hoy los adeptos a la OTO, aceptando sus cuatro ediciones, la primera de las cuales precedió en nueve meses al estallido de la guerra de los Balcanes, la segunda en nueve meses a la primera guerra mundial, la tercera en nueve meses a la guerra chino-japonesa, la cuarta en nueve meses a los desastres de la guerra civil española…
Instintivamente toqué madera. Se dio cuenta y sonrió fúnebremente:
—Comprendo su vacilación. Puesto que, lo que ahora les traigo es la quinta edición de ese libro, ¿qué sucederá dentro de nueve meses? Nada, tranquilícense ustedes, porque lo que les presento es el Liber legis ampliado, ya que he tenido la fortuna de ser visitado, no ya por una mera inteligencia superior, sino por el propio Al, principio supremo, o sea Hoor-paar-Kraat, que sería el doble o el gemelo místico de Ra-Hoor-Khuit. Mi única preocupación, entre otras cosas para evitar influencias nefastas, consiste en que mi obra pueda publicarse para el solsticio de invierno.
—Eso podría verse —dijo Belbo, tratando de alentarle.
—Lo que oigo me llena de alegría. El libro dará mucho que hablar en los ambientes iniciáticos porque, como ustedes pueden apreciar, mi fuente mística es más seria y acreditada que la de Crowley. No sé cómo Crowley podía ejecutar los ritos de la Bestia sin tomar en cuenta la Liturgia de la Espada. Sólo desenvainando la espada se comprende qué es el Mahapralaya, o sea el Tercer Ojo de Kundalini. Además, en su aritmología, totalmente basada en el Número de la Bestia, no tomó en cuenta el 93, el 118, el 444, el 868 y el 1.001, los Nuevos Números.
—¿Qué significan? —preguntó Diotallevi, inmediatamente interesado.
—Ah —dijo el profesor Camestres—, como ya se decía en el primer Liber legis, cada número es infinito, ¡y no hay diferencias!
—Comprendo —dijo Belbo—. Pero, ¿no le parece que todo esto puede resultar un poco oscuro para el lector común?
Camestres casi da un respingo.
—Pero es absolutamente indispensable que lo sea. ¡El que accediese a estos secretos sin la debida preparación se precipitaría en el Abismo! Ya publicándolos en forma velada corro ciertos riesgos, créanme ustedes. Yo me muevo dentro del ámbito de la adoración de la Bestia, pero de una manera más radical que Crowley, ya verán mis páginas sobre el congressus cum daemone, las prescripciones para los paramentos del templo y la unión carnal con la Mujer Escarlata y la Bestia que Ella Cabalga. Crowley se detuvo en el congressus carnalis llamado contra natura, yo trato de llevar el rito más allá del Mal tal como lo concebimos, yo rozo lo inconcebible, la absoluta pureza de la Goethia, el último umbral del Bas-Aumgn y del Sa-Ba-Ft.
Lo único que le quedaba por hacer a Belbo era explorar las posibilidades financieras de Camestres. Lo hizo con grandes circunloquios y al final quedó claro que, al igual que Bramanti, nuestro hombre no tenía la menor intención de autofinanciarse. A partir de ese momento se iniciaba la fase de desacoplamiento, incluida la poco insistente petición de que dejara el original para que lo examinásemos, luego ya hablaríamos. Pero en ese punto Camestres había apretado el original contra el pecho, al tiempo que decía que jamás le habían tratado con tal desconfianza, y se había marchado dando a entender que disponía de medios no comunes para hacer que nos arrepintiésemos de haberle ofendido.
Sin embargo, al poco tiempo dispusimos de decenas de originales decididamente AAF. Había que hacer una cierta selección, puesto que ahora interesaba que también vendieran. Excluido que pudiésemos leerlo todo examinábamos los índices y después nos comunicábamos nuestros descubrimientos.