—Lo sabía —dijo Malcolm al entrar en el departamento de Levine y echar un vistazo alrededor—. Sabía que acabaría haciendo algo así. Ya habrán notado lo irreflexivo que es. Se lo advertí claramente: no vayas hasta que reunamos toda la información posible. Pero debería haberlo imaginado. Se fue, por supuesto.
—Sí, se fue —afirmó Thorne.
—Puro ego —reprochó Malcolm—. Richard tenía que ser el primero. El primero en averiguarlo, el primero en llegar allí. Estoy muy preocupado; podría echarlo todo a perder. Ese comportamiento impulsivo… es como una tempestad en el cerebro, las neuronas al borde del caos. La obsesión es una forma de adicción. Pero, ¿qué científico ha sabido alguna vez controlarse? Ya se lo enseñan en las facultades: el equilibro no está bien visto. Olvidan que Niels Bohr no sólo era un gran físico sino también un atleta olímpico. Ahora todos se empeñan en ser insoportables. Es su estilo profesional.
Thorne miró pensativamente a Malcolm. Creyó detectar cierta competitividad en su tono de voz.
—¿Sabes a qué isla ha ido? —preguntó.
—No. No lo sé. —Malcolm iba de un lado a otro del departamento, observándolo todo—. La última vez que hablamos habíamos reducido las posibilidades a cinco islas, todas en el sur. Pero aún no habíamos decidido cuál de ellas era.
Thorne señaló el tablero colgado de la pared, concretamente las imágenes de satélite.
—¿Esas islas de ahí?
—Sí —respondió Malcolm, echándoles una ojeada—. Forman un arco y se encuentran todas a unos quince kilómetros mar adentro de la bahía de Puerto Cortés. Según se cree, están todas deshabitadas. Los lugareños las conocen como las Cinco Muertes.
—¿Por qué? —quiso saber Kelly.
—Por una antigua leyenda india —explicó Malcolm—. Algo sobre un valiente guerrero capturado por un rey que le dio a escoger entre cinco formas de morir: quemado, ahogado, aplastado, colgado y decapitado. El guerrero eligió las cinco y fue de isla en isla afrontando los distintos desafíos. Una versión americana de los trabajos de Hércules…
—¡Ahora lo entiendo! —exclamó Kelly, y corrió hacia el dormitorio.
Malcolm la miró desconcertado. Se volvió hacia Thorne, que hizo un gesto de incomprensión.
Kelly regresó con el libro infantil en alemán y se lo entregó a Malcolm.
—Sí —asintió Malcolm—. Die Fünf Todesarten. «Las cinco maneras de morir». En alemán… ¡qué interesante!
—Tiene muchos libros en alemán —indicó Kelly.
—¿Ah, sí? El muy hijo de puta. No me lo había dicho.
—¿Eso tiene alguna importancia? —preguntó Kelly.
—Sí, mucha. Alcánzame esa lupa, ¿quieres?
Kelly tomó una lupa del escritorio y se la dio.
—¿Por qué es tan importante?
—Las Cinco Muertes son islas volcánicas muy antiguas —dijo Malcolm—. Y eso significa que poseen una gran riqueza geológica. En los años 20, los alemanes llevaron a cabo prospecciones mineras en esas islas. —Escrutó las ilustraciones con los ojos entornados—. Sí, son éstas: Matanceros, Muerte, Tacaño, Sorna y Pena. Todas tienen nombres relacionados con la muerte y la destrucción. Muy bien. Creo que nos acercamos. ¿Hay alguna fotografía del satélite con análisis espectrográficos de la capa nubosa?
—¿Va a servirnos eso para localizar el Enclave B? —inquirió Arby.
—¿Cómo? —Malcolm giró en redondo—. ¿Qué sabes tú del Enclave B?
Arby seguía ocupado con la computadora.
—Nada. Sólo que el doctor Levine lo buscaba. Y es el nombre que aparece en los archivos.
—¿Qué archivos?
—Recuperé algunos archivos de InGen en esta computadora. Y aplicando la función de búsqueda en documentos antiguos encontré referencias al Enclave B… Pero son bastante confusas. Como esta referencia por ejemplo.
Arby se echó hacia atrás para que Malcolm viese la pantalla.
Sumario: modificaciones al proyecto #35 | |
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PRODUCCIÓN | (ENCLAVE B) |
REGULADORES DE AIRE | Grado 5 a Grado 7 |
ESTRUCTURA LAB | 400 cmm a 510 cmm |
BIOSEGURIDAD | Nivel PK/3 a Nivel PK/5VEL |
CINTA TRANSP | 3 mpm a 2,5 mpm |
CERCADOS | 13 hect. a 26 hect. |
PERSONAL | 17 (4 admin.) a 19 (4 admin.) |
PROTOCOLO COM | ET(VX) A RDT(VX) |
Malcolm frunció el entrecejo.
—Curioso, pero no muy útil. No nos indica qué isla es, o ni siquiera si es una isla. ¿Qué más encontraste?
—Bueno… —Arby tecleó rápidamente—. Veamos. También está esto.
RED DE LA ISLA (ENCLAVE B) |
PUNTOS NODALES |
ZONA 1 (RÍO) | 1-8 |
ZONA 2 (COSTA) | 9-16 |
ZONA 3 (MONTAÑA) | 17-24 |
ZONA 4 (VALLE) | 25-32 |
—Bien, así que es una isla —observó Malcolm—. Y el Enclave B tiene una red, pero ¿qué clase de red? ¿Una red informática?
—No lo sé —admitió Arby—. Quizás una red de radio.
—¿Con qué fin? —preguntó Malcolm—. ¿De qué serviría una red de radio? Esto no es de gran ayuda.
Arby se encogió de hombros. Tomó aquello como un reto. Volvió a teclear con vehemencia.
—¡Un momento! —dijo—. Aquí hay otro. Si consigo darle formato… ¡Ya! ¡Lo tengo!
Se apartó de la pantalla, dejándola a la vista de los demás.
—Muy bien —aprobó Malcolm al ver el nuevo archivo—. ¡Muy bien!
ENCLAVE B | ||
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ALA ESTE | ALA OESTE | ÁREA DE CARGA |
LABORATORIO | ÁREA DE REUNIÓN | ENTRADA |
PERIFERIA | NÚCLEO PRINCIPAL | GEOTURBINA |
TIENDA | POBLADO | GEONÚCLEO |
ESTACIÓN DE SERVICIO | CANCHA DE TENIS | MINIGOLF |
CENTRO ADMINISTRATIVO | RECORRIDO DE AEROBISMO | CONDUCCIÓN DE GAS |
SEGURIDAD UNO | SEGURIDAD DOS | LÍNEAS TÉRMICAS |
MUELLE FLUVIAL | COBERTIZO PARA BOTES | SOLAR UNO |
CARRETERA DEL PANTANO | CARRETERA DEL RÍO | CARRETERA DE MONTAÑA |
CARRETERA PANORÁMICA | CARRETERA DEL ACANTILADO | CERCADOS |
—Ahora sí vamos por buen camino —afirmó Malcolm, leyendo las listas—. ¿Puedes imprimir una copia?
—Claro. —Arby estaba radiante—. ¿De verdad sirve?
—De verdad —confirmó Malcolm.
Kelly miró a Arby y dijo:
—Arb, ésos son los rótulos de un mapa.
—Sí, eso parece —convino Arby—. No está mal, ¿eh? —Apretó una tecla y el texto de pantalla pasó a la impresora.
Malcolm estudió de nuevo el listado y luego se concentró en las fotografías del satélite, examinándolas detenidamente una por una con la lupa. Casi las rozaba con la nariz.
—Arb, no te quedes ahí parado —reprobó Kelly—. ¡Vamos, recupera el mapa! ¡Eso es lo que necesitamos!
—No sé si será posible —contestó Arby—. Es un archivo protegido en un formato de treinta y dos bits… Quiero decir que va a costarme mucho trabajo…
—Arb, deja de quejarte y manos a la obra —apremió Kelly.
—No te molestes —terció Malcolm. Se apartó de las imágenes del satélite—. Ya no tiene importancia.
—¿No? —dijo Arby, un poco dolido.
—No, Arby. Puedes dejarlo. Con lo que averiguaste estoy seguro de que ya podemos identificar la isla.