Mi padre se niega a llevarla, así que me pongo el traje nuevo que mi madre me compró a principios de este mes y la acompaño a la misa del gallo en la iglesia de Saint Joseph. Es una noche fría, pero andamos las pocas manzanas necesarias y pronto entramos en el gran santuario donde, muchos años atrás, me confirmé. Hileras de poinsettias rojas y blancas alineadas en el altar y antiguas lámparas de varillas de hierro de pie hacen guardia al final de cada banco, exactamente igual que cualquier otra Nochebuena. La luz de las velas hace que la piedra del edificio parezca aún más antigua, casi medieval. Y sentarme de nuevo en los bancos me recuerda a cuando Jake y yo éramos solo unos niños. Íbamos a la misa de Nochebuena emocionados pensando en el día siguiente, preparados para abrir todos aquellos regalos. Pero esta noche somos solo mamá y yo, ya que Jake y Caitlin están pasando la Nochebuena en Nueva York en casa de los padres de Caitlin, y papá está en casa bebiendo cerveza.
Después de los avisos y los cantos navideños, el sacerdote se pone a hablar sobre estrellas, ángeles, pesebres, burros y milagros, y en algún momento de la historia empiezo a rezar:
Querido Dios, sé que haría falta un milagro para que Nikki apareciera mañana en el lugar en el que nos prometimos, pero afortunadamente para mí, Tú y yo creemos en los milagros. Como estoy aquí sentado pensando en todo esto, me pregunto si Tú realmente crees en los milagros, ya que eres todopoderoso y puedes hacer cualquier cosa. Así que, técnicamente, hacer que Nikki aparezca mañana, o poner al Niño Jesús dentro de la Virgen María, no debe de ser más difícil para Ti que, por ejemplo, ver un partido de los Eagles, lo que ha sido bastante fácil, porque el reserva quarterback, Jeff Garcia, ha logrado ganar tres seguidos. Es gracioso, ahora que lo pienso. Si creaste el mundo en solo una semana, enviar a tu Hijo a hacer una misión no debió de suponerte esfuerzo alguno. Pero todavía me siento agradecido de que te tomaras tu tiempo para enviar a Jesús a enseñarnos todo acerca de los milagros, ya que la posibilidad de que ocurran milagros hace que mucha gente aquí siga hacia delante. No hace falta que te diga que he estado trabajando bastante duro para mejorar como persona desde que empezó el período de separación. Realmente, quiero agradecerte que trastornaras mi vida, ya que nunca me habría tomado el tiempo para mejorar mi carácter si no me hubieran enviado al lugar malo, y por eso nunca habría conocido a Cliff, o incluso a Tiffany, y sé que detrás de este viaje hay una razón. De hecho, confío en que hay un plan divino, y por eso creo que harás que Nikki aparezca mañana. Quiero agradecerte por adelantado que me ayudes a recuperar a mi mujer. Ansío que lleguen los próximos años, cuando pueda tratar a Nikki del modo en que merece ser tratada. Además, si esto no te genera muchos problemas, permite, por favor, que los Eagles ganen el día de Navidad, ya que una victoria sobre los Cowboys pondrá a los Eagles en primera posición y, entonces, puede que mi padre esté de buen humor, y puede que incluso nos hable a mamá y a mí. Es raro, pero incluso con los Pajarracos en controversia por los playoffs, papá ha sido un ogro estas vacaciones, y eso ha hecho que mamá estuviera triste. La vi varias veces llorando, pero eso, probablemente, Tú ya lo sabes, ya que Tú lo sabes todo. Dios, te quiero.
Me santiguo justo cuando el sacerdote acaba la homilía, y entonces se pasan las velas y se van encendiendo mientras la gente canta «Noche de paz». Mamá está medio inclinada hacia mí, por lo que pongo mi brazo alrededor de su hombro y le doy un pequeño abrazo. Ella me mira y sonríe. «Mi buen chico», dicen sus labios, alumbrados por la luz de las velas, y entonces los dos nos unimos a los cantos.
Mi padre está durmiendo en la cama cuando llegamos a casa. Mamá sirve un poco de ponche de huevo para los dos, enciende las luces y bebemos a sorbos bajo la luz del árbol de Navidad. Mamá habla de todos los adornos que Jake y yo hacíamos de pequeños. Ella sigue señalando las piñas pintadas, los pequeños marcos de fotos hechos con palitos de polo con las fotos de nuestra clase dentro, y los renos hechos con pinzas de tender y limpiadores de flautas.
—¿Recuerdas cuando hiciste esto en la clase de fulanito y menganito? —sigue diciendo, y yo asiento cada vez, a pesar de que no recuerdo haber hecho ninguno de esos adornos.
Es divertido ver que mamá recuerda todo sobre Jake y sobre mí, y de alguna forma sé que Nikki nunca más volverá a quererme, no importa lo que mejore mi carácter, y eso es por lo que realmente quiero a mi madre.
Justo cuando estamos acabando los últimos sorbos de nuestro ponche de huevo, llaman a la puerta.
—¿Quién podrá ser? —pregunta mamá de un modo exagerado, lo cual sugiere que sabe exactamente quién podría ser.
Empiezo a emocionarme porque pienso que igual es Nikki; que mamá ha organizado el mejor de los regalos de Navidad. Pero cuando abro la puerta tan solo están Ronnie, Veronica, Tiffany y la pequeña Emily. Todos ellos saltan al vestíbulo y empiezan a cantar:
—We wish you a Merry Christmas. We wish you a Merry Christmas. We wish you a Merry Christmas and a Happy New Year.
En este momento, Tiffany deja de cantar, pero Ronnie y Veronica continúan cantando a voz en grito la primera estrofa y mi madre sonríe todo el tiempo mientras escucha las buenas vibraciones que le traen. La pequeña Emily parece un esquimal de tan forrada como va, pero los cantos de sus padres hacen que su carita parezca contenta. Incluso puedo ver las luces del árbol de Navidad reflejadas en sus ojos oscuros. Mientras cantan, la familia de Ronnie parece una familia feliz, y yo envidio a mi amigo.
Tiffany se mira los pies, pero se une de nuevo al canto cuando vuelven a entonar el estribillo.
La canción acaba con Ronnie sosteniendo la última nota demasiado rato, pero mi madre aplaude igualmente, y entonces nos sentamos todos alrededor del árbol de Navidad y tomamos más ponche de huevo.
—A lo mejor te apetece darles a tus amigos sus regalos —dice mamá.
Mamá me ha llevado de compras muchas veces durante las últimas semanas y hemos elegido regalos para la gente que me ha ayudado a ponerme mejor, porque mamá dice que es importante reconocer a la gente especial en tu vida durante las vacaciones. A Cliff le encantó la diana de los Eagles, y resulta que tanto a Veronica como a Tiffany les gustan los perfumes que les compramos (gracias a Dios, ya que olí casi cada botella del centro comercial Cherry Hill); a Ronnie le encanta el balón de fútbol oficial de la NFL de piel que elegí para él, ya que así puede practicar sus lanzamientos, y la pequeña Emily abraza el águila de juguete con la camiseta de los Eagles que escogí especialmente para ella, e incluso empieza a chupar el pico amarillo tan pronto como acaba de arrancar todo el papel.
Por el bien de mi madre, mantengo la esperanza de que quizá mi padre baje y se una a la fiesta, pero no lo hace.
—Y nosotros también tenemos un regalo para ti —me dice Ronnie—. Vamos, Em, démosle al tío Pat su regalo.
Le da a Emily una caja que pesa demasiado para que la lleve, y eso que ahora camina bastante bien, de modo que Emily y él me acercan el regalo.
—¡Para Pap! —dice Emily, y empieza a arrancar el papel.
—¿Quieres que te ayude? —le pregunto, y ella rasga el resto del papel mientras todos miran.
Una vez que Emily acaba con el papel, abro la caja y busco a través de las virutas de poliestireno; así encuentro lo que parece ser una placa de algún tipo. La saco de las virutas y puedo ver que es una foto enmarcada de Hank Baskett. Está en el final del área con un balón en la mano.
—La hicieron durante el partido de Dallas —dice Ronnie.
—Lee lo que está escrito en la foto —dice Veronica.
Para Pat,
¡vas camino de la victoria!
Hank Baskett n.° 84
—¡Es el mejor regalo del mundo! ¿Cómo conseguisteis que Baskett firmara la foto?
—El primo de Veronica es peluquero —explica Ronnie— y uno de sus clientes trabaja para el departamento de promociones de los Eagles, de modo que pudimos mover algunos hilos. Vinnie dijo que era la primera petición que su contacto recibía para un autógrafo de Baskett y que Baskett estaba realmente emocionado por tener una petición, ya que sus autógrafos no tienen mucha demanda.
—Gracias, Ronnie —digo, y entonces nos damos un típico abrazo de hombres con un solo brazo.
—Feliz Navidad —me dice Ronnie mientras me da un golpe en la espalda.
—Bien, odio interrumpir la fiesta, pero necesitamos meter a Emily en la cama antes de que Papá Noel baje por la chimenea —dice Veronica.
Mientras se ponen los abrigos, mi madre coloca sus regalos en bolsas de fiesta con asas bonitas y le da las gracias a todo el mundo por venir, diciendo:
—No sabéis lo mucho que esto significa para Pat y para mí. Habéis sido tan buenos con nosotros este año… Sois gente buena. Todos vosotros. La mejor gente. —Y entonces mamá empieza a llorar de nuevo—. Lo siento. Gracias. Feliz Navidad. No os preocupéis por mí. El Señor os bendiga.
Justo antes de que todo el mundo se vaya, Tiffany me agarra la mano, me besa la mejilla y dice:
—Feliz Navidad, Pat.
Cuando separa su palma de la mía, tengo un cuadrado en la mano, pero la mirada de Tiffany pide que guarde silencio, de modo que pongo el cuadrado en mi bolsillo y digo adiós a la familia de Ronnie.
Ayudo a mi madre a recoger el papel de envolver y los tazones vacíos de ponche de huevo, y entonces ella me agarra bajo el muérdago en el vestíbulo, está señalando hacia arriba y sonriendo, así que le doy un beso de buenas noches y ella se aúpa para abrazarme.
—Estoy muy contenta de tenerte en mi vida ahora, Pat —me dice mi madre, apretando los músculos de su brazo con fuerza, y empujando mi cabeza hacia abajo de modo que su hombro sobresale por encima de mi cuello y comienza a resultarme difícil respirar.
En mi habitación, bajo la luz de la vela eléctrica de Navidad que mamá ha encendido en mi ventana durante las vacaciones, desdoblo la nota que Tiffany me ha dado.