Capítulo 222

5:10 horas. El timbre del teléfono desgarra el silencio. Marie se sobresalta. Tiene la boca seca, pastosa. Un mal sabor de alcohol y de cigarrillos impregna su garganta. A lo lejos, la sirena de una ambulancia. Abre los ojos y distingue las luces del amanecer a través de la ventana de la habitación del hotel. La brisa agita suavemente los visillos. Las luces de neón rojas de un rótulo parpadean en la penumbra: el hotel en el Sam Wong, barrio de Chinatown, San Francisco. Marie aspira a pleno pulmón los olores de la ciudad. Los rayos de luz de color paja que penetran ahora en la habitación terminan de poner fin a su pesadilla. Una bocina a lo lejos, un carguero pasa bajo el Golden Gate. Al sexto timbrazo, Marie descuelga. Es la voz del padre Carzo.

—¿Estaba durmiendo?

—¿Y usted?

—Yo ya he dormido bastante.

—Yo también.

Marie alarga un brazo para coger el paquete de tabaco que está sobre la mesilla de noche.

—¿Está ahí?

Ella aspira una bocanada de humo.

—Sí.

—La espero.

—Voy.

Cuelga, apaga el cigarrillo y entra en el cuarto de baño. Regula el agua de la ducha para que salga ardiendo. Después se desnuda y se estremece bajo el chorro que le abrasa la piel. Cierra los ojos para intentar despejarse. Mierda de somníferos…