Capítulo 220

—¡Está aquí!

Al barrer las tinieblas con la linterna. Valentina acaba de iluminar un cuerpo sentado en un banco de piedra. Una chica. Crossman corre hacia ella mientras los policías entran en los sótanos de Bolzano.

—¿Marie?

Ninguna respuesta. Crossman enfoca con su linterna los ojos abiertos de par en par que contemplan el vacío. Alarga la mano y se pone tenso al notar la piel helada de Marie bajo sus dedos. Apoya una oreja contra el pecho de la joven. Se incorpora.

—Es demasiado tarde.

—Quizá no.

Valentina aparta a Crossman y busca en sus recuerdos la frase que el padre Carzo pronunció justo antes de perder el conocimiento. Después se inclina hacia la joven y le susurra al oído:

—Marie, ahora tiene que despertar.

Bajo los dedos de Valentina, la venita que traza un surco azul en el centro de la muñeca de Parks se hincha imperceptiblemente. Luego se deshincha y vuelve a hincharse. Valentina la escruta. Los cercos negros que oscurecen la mirada de Marie están atenuándose. Sus facciones se relajan y las aletas de su nariz empiezan a temblar. Un toque rosa tiñe la blancura de sus mejillas. Un hilo de aire escapa de sus labios. El pecho de la joven se eleva. Cierra los ojos y los abre de nuevo. Luego se acurruca entre los brazos de Valentina y rompe a llorar.