Capítulo 210

El padre Carzo contempla al Anticristo, que levanta los ojos del evangelio. Es imposible que falle a esa distancia. El incienso le quema las fosas nasales. Fuera, las campanas han empezado a repicar para acompañar la revelación. El sacerdote centra el rostro del Papa en su visor. A duras penas ve al comandante de la guardia suiza. Ya no presta atención a esa chica morena y tan guapa que, a su derecha, intenta abrirse paso a través de la multitud. Como mucho, piensa por un instante que tiene un extraño parecido con Marie. Sí, en eso es en lo que el padre Carzo piensa mientras vacía el cargador contra el Papa. Y mientras lo hace, apenas siente los proyectiles de los guardias suizos que lo alcanzan en el costado y en el vientre.