4 a.m. Al fin me he dado cuenta del secreto para ser feliz con los hombres, y con gran pesar, rabia y una aplastante sensación de derrota tengo que utilizar las palabras de una celebridad, adúltera, cómplice de un delincuente:
«No digas “qué”, di “perdón”, cariño, y haz todo lo que te diga tu madre».