SÁBADO 23 DE DICIEMBRE

58,95 kg, 12 copas, 38 cigarrillos, 2.976 calorías, amigos y personas queridas a quienes les importo en esta época festiva: 0.

6 p.m. Estoy tan contenta de haber decidido ser una festiva Solterona Sola en Casa como la princesa Diana…

6.05 p.m. ¿Dónde está todo el mundo? Supongo que todos están con sus novios o se han ido a casa con sus familias. Bueno, tendré la posibilidad de hacer cosas… o quizá tienen sus propias familias. Bebés. Niños pequeños, suaves y tiernos, en pijama, con las mejillas sonrosadas, mirando con excitación el árbol de Navidad. O quizá todos menos yo están en una gran fiesta. Bueno. Tengo muchas cosas que hacer.

6.15 p.m. Bueno. Sólo una hora para El flechazo.

6.45 p.m. Oh, Dios, estoy tan sola. Incluso Jude se ha olvidado de mí. Se ha pasado toda la semana llamando aterrada por tener que decidir qué comprarle a Richard el Malvado. No tenía que ser demasiado caro: eso sugiere ir demasiado en serio o un intento por emascularlo (muy buena idea si me lo preguntan); nada de ropa porque tiene muy mal gusto y nunca acierta y quizás eso le recuerde a Richard el Malvado a su anterior novia, Jilly la Malvada (con la que él no quiere volver, pero hace ver que sigue queriéndola para evitar así tener que estar enamorado de Jude; asqueroso). La última idea que tenía era regalarle whisky, pero combinado con otro regalito para no parecer tacaña o que no pareciera demasiado anónimo; posiblemente quedaría bien combinado con monedas de chocolate y mandarina, dependiendo de si Jude decidía que el concepto Golosinas de Navidad era demasiado cursi, hasta la náusea, o terriblemente distinguidas por su posmodernidad.

7 p.m. Emergencia: Jude al teléfono llorando. Viene hacia aquí. Richard el Malvado ha vuelto con Jilly la Malvada. Jude culpa al regalo. Gracias a Dios que me quedé en casa. Está claro que soy el Emisario del niño Jesús para ayudar aquí a los perseguidos por algún aspirante a Rey Herodes, como, por ejemplo, Richard el Malvado. Jude estará aquí a las 7.30.

7.15 p.m. Maldición. Me he perdido el principio de El flechazo porque ha llamado Tom que ahora viene. Jerome, después de haber aceptado que volviera, le ha vuelto a dejar y ha regresado con su antiguo novio que es miembro del coro en Cats.

7.17 p.m. Simon viene hacia aquí. Su novia ha regresado con su marido. Gracias a Dios que me quedé en casa para recibir a los amigos plantados, en plan Reina de Corazones o Comedor de Beneficencia. Pero es que así es como soy yo: me encanta querer a los demás.

8 p.m. ¡Hurra! Un milagro de magia-de-Navidad. Daniel acaba de llamar: «Jonesh», dijo arrastrando las palabras. «Te quiero, Jonesh. Cometí un terrible error. Estúpida Suki hecha de plástico. Los pechos apuntan al norte todo el tiempo. Te quiero, Jonesh. Voy a pasarme a ver cómo está tu falda». Daniel. El precioso, descuidado, sexy, excitante, divertidísimo Daniel.

Medianoche. Umf. Ninguno de ellos ha venido. Richard el Malvado cambió de opinión y volvió con Jude, como lo hizo Jerome y la novia de Simon. Sólo fue un Espíritu-de-las-Navidades-del-Pasado hiperemocional haciendo tambalear a todo el mundo con las ex parejas.

¡Y Daniel! Ha llamado a las 10 en punto.

«Escucha, Bridge. Ya sabes que siempre miro el partido los sábados por la noche; ¿me paso mañana antes del fútbol?». ¿Excitante? ¿Salvaje? ¿Divertidísimo? Huh.

1 a.m. Absolutamente sola. Todo el año ha sido un fracaso.

5 a.m. Oh, que más da. Quizás el día de Navidad no será horrible. Quizá mamá y papá aparecerán radiantes por la mañana, ebrios de tanto follar, cogiéndose de las manos con vergüenza y diciendo: «Niños, tenemos algo que deciros», y yo podré ser una dama de honor en la ceremonia de confirmación de los votos matrimoniales.