56,87 kg (¡síííí! ¡síííí!), 2 copas (muy bien), 4 cigarrillos (pero no pude fumar en casa de Tom para no quemar el vestido de Miss Mundo Alternativa), 1.848 calorías (bien), 12 Smoothies (progreso excelente).
Acabo de volver de casa de Tom, donde tuve una reunión de alto nivel para discutir la perspectiva de lo de Mark Darcy. Me encontré a Tom echando humo por las orejas por el próximo concurso de Miss Mundo Alternativa. Habiendo decidido hace años presentarse como «Miss Calentamiento Global», ahora estaba teniendo una crisis de confianza.
—No tengo ni la más mínima oportunidad —estaba diciendo mientras se miraba al espejo, y entonces se fue hacia la ventana.
Llevaba una esfera de poliestireno pintada con el mapa del mundo, pero con los casquetes polares fundiéndose y una gran quemadura en la zona de Brasil. En una mano llevaba un trozo de madera tropical y un aerosol Lynx, y en la otra un objeto peludo indeterminado que decía que era un ocelote muerto.
—¿Crees que debería llevar un melanoma? —me preguntó.
—¿Es un concurso de belleza o de vestidos bonitos?
—Pues la verdad, no lo sé, nadie lo sabe —dijo Tom, tirando al suelo su tocado: un árbol miniatura que tenía pensado incendiar durante el concurso—. Las dos cosas. Lo es todo. Belleza. Originalidad. Arte. Es ridículo lo poco claro que está todo.
—¿Tienes que ser marica para concursar? —dije, jugueteando con un poco de poliestireno.
—No. Todo el mundo puede concursar: mujeres, animales, todo. Ése es el problema —dijo, regresando frente al espejo—. A veces creo que un perro con confianza en sí mismo tendría más oportunidades de ganar.
Al final estuvimos de acuerdo en que, a pesar de que el tema del calentamiento global era en sí perfecto, la esfera de poliestireno quizá no era lo más favorecedor para llevar por la noche. En realidad, al final acabamos decantándonos por un vestido sin mangas, vaporoso, de seda salvaje, y de un color azul tipo Ivés Klein, flotando encima de una nube de tonalidades humo y tierra para simbolizar la fusión de los casquetes polares.
Decidiendo que no iba a sacar ninguna opinión de Tom sobre Mark Darcy que valiera la pena en esas circunstancias, me fui antes de que fuese demasiado tarde, prometiendo pensar mucho en Ropa de Sport y de Baño.
Al llegar a casa, llamé a Jude, pero empezó a hablarme de una nueva idea oriental maravillosa que sale en el Cosmopolitan de este mes llamada Feng Shui, que te ayuda a obtener todo lo que quieres en la vida. Todo lo que tienes que hacer, al parecer, es vaciar todas las estanterías de tu piso para desbloquearte, dividir el piso en nueve secciones (lo que se llama trazar el ba-gua), cada una de las cuales representa una parte diferente de tu vida: el trabajo, la familia, las relaciones, riqueza o crios, por ejemplo. Lo que tienes en esa área de tu casa dictaminará cómo irá dicha área de tu vida. Por ejemplo, si te sigue pareciendo que no tienes dinero puede ser que se deba a la presencia de una papelera en la Sección Riqueza.
Estoy muy emocionada por esta nueva teoría, ya que podría explicar muchas cosas. He decidido comprar el Cosmopolitan en cuanto me sea posible. Jude dice que no se lo digamos a Sharon ya que, claro está, ella cree que el Feng Shui es una gilipollez. Al final conseguí llevar la conversación hasta Mark Darcy.
—Claro que no te gusta, Bridge, eso no se me ha pasado por la cabeza ni un segundo —dijo Jude.
Dijo que la respuesta era obvia: yo tenía que montar una cena e invitarle.
—Es perfecto —dijo—. No es como pedirle una cita, ya que no hay ningún tipo de presión y tú puedes lucirte como una loca y hacer que todos tus amigos hagan ver que creen que eres maravillosa.
—Jude —dije, herida—, ¿has dicho «hagan ver»?