JUEVES 28 DE SEPTIEMBRE

55,75 kg, 2 copas (muy bien), 11 cigarrillos (bien), 1.850 calorías, 0 ofertas de trabajo del cuerpo de bomberos o de cadenas de televisión rivales (quizá no es del todo extraño).

11 a.m. Estoy avergonzada y soy el hazmerreír de todos. Richard Finch me ha humillado delante de todo el grupo y me ha dicho cosas como «fracaso absoluto», «vergüenza» y «jodida idiota rematada».

«Y ahora devolvemos la conexión a nuestros estudios», parece haberse adoptado como eslogan de la oficina. Cada vez que a alguien le hacen una pregunta cuya respuesta desconocen, dicen «Errrr… y ahora devolvemos la conexión a nuestros estudios», y se echan a reír. Lo divertido es, sin embargo, que los jóvenes grunge son mucho más amables conmigo. Patchouli (¡incluso!) vino y me dijo: «Oh, no, no le hagas ningún caso a Richard, ¿vale? A él, como ya sabes, le gusta controlar, vale. ¿Sabes a lo que me refiero? Esa cosa de la barra de los bomberos era realmente como subversiva y brillante, vale. Bueno, no sé… y ahora devolvemos la conexión a nuestros estudios, ¿vale?».

Ahora Richard Finch o no me hace ni caso o menea la cabeza con incredulidad cada vez que pasa cerca de mí, y no me ha dado nada para hacer en todo el día.

Oh, Dios, estoy tan deprimida… Pensaba que por una vez había encontrado algo en lo que era buena y ahora todo se ha ido a la porra y, por si fuera poco, este sábado es la terrible fiesta de las bodas de rubí y no tengo nada que ponerme. No soy buena en nada. Ni en hombres. Ni en habilidades sociales. Ni en el trabajo. En nada.