MIÉRCOLES 27 DE SEPTIEMBRE

55,8 kg (me he encogido por la vergüenza), 3 copas, 0 cigarrillos (no se puede fumar en el parque de bomberos), pero después 12 en 1 hora, 1.584 calorías (muy bien).

9 p.m. Nunca me he sentido tan humillada en mi vida. Me he pasado todo el día ensayando y organizándolo todo. La idea era que cuando conectaran con Lewisham yo bajase por la barra de los bomberos hasta entrar en encuadre y empezar a entrevistar a un bombero. A las 5, cuando saliésemos al aire, yo estaría justo encima de la barra, a punto de bajar cuando me avisasen. De repente, por el auricular, oigo a Richard gritando: «¡Adelante, adelante, adelante, adelante, adelante!», así que empecé a deslizarme. Y él continuó: «Adelante, adelante, adelante, Newcastle, Bridget, tú espera en Lewisham preparada. Llegaré a ti en treinta segundos». Pensé en deslizarme hasta el final de la barra, volver a subir las escaleras corriendo, pero como me había deslizado sólo cuatro o cinco palmos, intenté subir por la barra. Entonces, de repente, por el auricular, me llegó un berrido increíble.

—¡Bridget! Te estamos enfocando. ¿Qué coño estás haciendo? Lo que te toca es deslizarte por la barra, no intentar subir. Adelante, adelante, adelante.

Estaba histérica y sonreí a la cámara de oreja a oreja y me dejé caer, aterrizando, como estaba previsto, a los pies del bombero al que se suponía iba a entrevistar.

—Lewisham, nos hemos pasado de tiempo. ¡Termina, termina, Bridget! —gritó Richard a mi oído.

—Y ahora devolvemos la conexión a nuestros estudios —dije, y ahí se acabó todo.