DOMINGO 13 DE AGOSTO

Una noche muy mala. Por si fuera poco, intenté conciliar el sueño leyendo un nuevo número de Tatler, y me encontré con la jodida cara de Mark Darcy con aire seductor, en un artículo de los cincuenta solteros que son un buen partido de Londres, hablando de lo rico y maravilloso que era.

Ugh. Me deprimió incluso más, de una manera que no puedo comprender. Bueno. Voy a dejar de autocompadecerme y a pasarme toda la mañana aprendiendo los periódicos de memoria.

Mediodía. Rebecca acaba de llamar, preguntándome si yo estaba «bien». Pensando que se refería a lo de Daniel, le dije:

—Chuh; bueno, es muy deprimente.

—Oh, pobrecita. Sí, vi a Peter anoche… (¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué no me habían invitado a mí?)… Y le contaba a todo el mundo lo disgustada que estabas por lo de su boda. Como él dijo, es un problema difícil, porque las mujeres solteras suelen desesperarse, a medida que se van haciendo mayores…

A la hora de comer ya no podía aguantar más el domingo, no podía aparentar que todo iba bien. Llamé a Jude y le conté lo de Ratón, de Rebecca, de la entrevista de trabajo, de mamá, de Daniel y del sufrimiento general, y hemos quedado en Jimmy Beez a las dos, para tomar un Bloody Mary.

6 p.m. Por casualidad, Jude había estado leyendo un libro genial, llamado Diosas en cada mujer. Al parecer, el libro dice que en ciertos momentos de tu vida todo te sale mal y no sabes a dónde acudir, y es como si en todas partes, a tu alrededor, se cerraran unas puertas metálicas, como si estuvieses en Star Trek. Lo que tienes que hacer es ser tan valerosa como una heroína cinematográfica, sin sucumbir a la bebida o la autocompasión, y al final todo irá bien. El libro también dice que todos los mitos griegos y muchas películas de éxito tratan de seres humanos que se enfrentan a pruebas difíciles, y que no se rinden, sino que siguen adelante y acaban triunfando.

El libro también dice que hacer frente a tiempos difíciles es como estar en una espiral cónica con forma de concha y hay un momento en cada giro que es muy difícil y doloroso. Ése es tu problema concreto o zona de dolor. Cuando estás en el final angosto y puntiagudo de la espiral, vuelves a esa situación muy a menudo ya que las rotaciones son bastante pequeñas. Al seguir, pasarás menos y menos por el momento problemático, pero seguirás yendo hacia éste, así que, cuando ocurra, no debes tener la sensación de que vuelves a estar en el punto de partida.

El problema es que, ahora que se me ha pasado la borrachera, no estoy al cien por cien segura de lo que ella estaba diciendo.

Mamá me llamó e intenté hablar con ella de lo difícil que es ser mujer y, a diferencia de los hombres, tener una fecha de caducidad para la reproducción, pero ella sólo me dijo:

—Oh, honestamente, cariño. Las chicas de hoy en día sois muy quisquillosas y románticas: tenéis demasiado donde escoger. No estoy diciendo que yo no quisiera a papá, pero, ya sabes, nosotras fuimos enseñadas, en lugar de esperar a un príncipe azul, a «esperar poco y perdonarlo todo». Y, para ser sincera, cariño, tener niños no lo es todo. Quiero decir, sin ofender, no te lo tomes a nivel personal, pero, si yo pudiese volver a escoger, no estoy segura de que los tuviese…

Oh, Dios mío. Incluso mi propia madre desearía que yo no hubiese nacido.