DOMINGO 18 DE JUNIO

56,2 kg, 3 copas, 17 cigarrillos.

Después de estar sentada en la penumbra durante el tercer fin de semana consecutivo con la mano de Daniel en mi sujetador, jugueteando con mi pezón como si de una cuenta se tratase, y yo diciendo débilmente de vez en cuando «¿Eso ha sido una carrera?», de repente solté:

—¿Por qué no podemos hacer una escapadita? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

—Es una buena idea —dijo Daniel con suavidad, y sacó la mano de mi vestido—. ¿Por qué no hacemos una reserva en algún sitio para el fin de semana próximo? En algún bonito hotel-casa de campo. Pago yo.