MARTES 6 DE JUNIO

58,05 kg, 4 copas, 3 cigarrillos (muy bien), 1.326 calorías, 0 lotos instantáneas (excelente), 12 llamadas al 1471 (mal), 15 horas durmiendo (mal, pero no es culpa mía, sino de la ola de calor).

Conseguí convencer a Perpetua de que me deje quedar en casa para trabajar. Seguro que sólo aceptó porque también ella quiere tomar el sol. Mmmm.

Tengo un folleto de minivacaciones genial: «Orgullo de Gran Bretaña: los Hoteles Señoriales más importantes de las Islas Británicas». Maravilloso. Me estoy mirando las páginas una por una, imaginándome a mí con Daniel alternando sexo y romanticismo en todos los dormitorios y en todos los comedores.

11 a.m. Vale: ahora voy a concentrarme.

11.25 a.m. Hmmm, tengo una uña un poco rota.

11.35 a.m. Dios mío. Acabo de sufrir, sin razón alguna, una fantasía paranoica: que Daniel tiene un lío con otra, y he empezado a buscar comentarios dignos pero hirientes para que se arrepienta. Pero, ¿por qué me ha pasado esto? ¿Me ha advertido mi intuición femenina que él tiene otra aventura?

El problema de intentar salir con gente cuando te haces un poco mayor es que todo soporta un peso excesivo. Cuando no tienes pareja y pasas de la treintena, el leve inconveniente de no tener una relación sentimental —nada de sexo, nadie con quien salir los domingos, volver a casa siempre sola después de una fiesta— queda imbuido por la noción paranoica de que la razón por la que no tienes una relación es tu edad, que ya has disfrutado tu última relación sentimental y la última experiencia sexual del resto de tu vida, y que todo es culpa tuya por ser demasiado arisca o testaruda, y por no haber sentado la cabeza en la flor de la vida.

Olvidas por completo el hecho de que cuando tenías veintidós y no tenías novio, ni conocías a nadie que te gustase, durante veintitrés meses, pensabas simplemente que era una lata. Pasados los treinta, la cuestión crece de forma desproporcionada, de manera que encontrar una relación parece un objetivo deslumbrante, casi insuperable y, cuando empiezas a salir con alguien, es imposible que se cumplan tus expectativas.

¿Es eso? ¿O es que algo no funciona en mi relación con Daniel? ¿Está Daniel teniendo una aventura?

11.50 a.m. Hmmm. La uña está realmente rota. De hecho, si no hago algo, empezaré a mordisquearla y me quedaré sin uña. Vale, será mejor que busque una lima. Ahora que lo pienso, el esmalte de mis uñas tiene un aspecto horrible. Mejor será quitarlo todo y empezar de nuevo. Y mejor que lo haga ahora que pienso en ello.

Mediodía. Es tan jodidamente frustrante que haga tanto calor y el soi-disant novio de una no quiera ir a ningún sitio bonito contigo… Tengo la sensación de que él cree que quiero atraparle en una escapadita; como si no se tratase de una escapadita, sino del matrimonio, tres niños y limpiar el lavabo en una casa de madera de pino en Stoke Newington. Creo que esto se está convirtiendo en una crisis psicológica. Voy a llamar a Tom (siempre podré hacer lo del catálogo para Perpetua esta noche).

12.30 p.m. Hmmm. Tom dice que si haces una escapadita con alguien con quien estás teniendo una relación, te pasas todo el tiempo preocupándote de cómo está yendo la relación, así que es mejor ir con un amigo.

Salvo la cuestión del sexo, le he dicho. Salvo la cuestión del sexo, ha ratificado él. Me voy a encontrar con Tom esta noche y llevaré los folletos para planear escapaditas de ensueño, o de pesadilla. O sea que esta tarde tendré que pensar mucho.

12.40 p.m. Estos shorts y esta camiseta son demasiado incómodos con este calor. Voy a cambiarme y a ponerme un vestido largo y vaporoso.

Dios mío, ahora se me transparentan las bragas. Será mejor que me ponga unas color carne, por si viene alguien. Mis Gossard Glossies serían perfectas. Me pregunto dónde estarán.

12.45 p.m. Creo que me pondré el sujetador Glossies a juego, si lo encuentro.

12.55 p.m. Así está mejor.

1 p.m. ¡Hora de comer! Al fin un poco de reposo.

2 p.m. Vale. Esta tarde voy a trabajar de verdad y a tenerlo todo acabado antes de la noche, para poder salir. Sin embargo, tengo mucho sueño. Hace tanto calor… Quizá cierre los ojos sólo cinco minutos. Dicen que una siestecita es la manera perfecta de revitalizarse. Margaret Thatcher y Winston Churchill obtuvieron efectos excelentes. Buena idea.

Quizá me tumbe en la cama.

7.30 p.m. Oh, maldita sea.