VIERNES 5 DE MAYO

57,15 kg (oh mierda, no puedo romper con la costumbre de toda una vida de pesarme, especialmente después del trauma del embarazo: haré algún tipo de terapia), 6 copas (¡hurra!), 25 cigarrillos, 1.895 calorías, 3 lotos instantáneas.

Me he pasado toda la mañana pensando en las musarañas por el duelo del niño perdido, pero me he animado un poco cuando Tom me ha llamado y ha sugerido un Bloody Mary a la hora del almuerzo para empezar bien el fin de semana. Llegué a casa para encontrarme un petulante mensaje de mi madre, diciendo que se va a un balneario y que me llamará más tarde. Me pregunto cuál debe de ser la cuestión. Probablemente esté abrumada por demasiadas cajitas de Tiffany de pretendientes locos de amor, y por ofertas de trabajo de compañías rivales como presentadora de televisión.

11.45 p.m. Daniel acaba de llamar desde Manchester.

—¿Has tenido una buena semana? —me ha dicho.

—Genial, gracias —he contestado alegremente.

¡Huh! Leí en algún sitio que el mejor regalo que le puede hacer una mujer a un hombre es la tranquilidad, asi que no podía admitir, cuando acabamos de empezar a salir como es debido, que en cuanto él vuelve la espalda empiezo a tener un ataque de histeria ante la posibilidad de estar embarazada.

Oh, bueno. Qué le importa. Hemos quedado mañana por la noche. ¡Hurra! Lalalala.