55,7 kg, 0 copas, 0 cigarrillos, 9 lotos instantáneas (esto tiene que acabar).
Todo parece normal entre Magda y Jeremy, así que quizá sólo fuera una reunión de trabajo. Quizá la noción de Zen y Flujo es correcta, ya que no hay duda alguna de que al relajarme y guiarme por las vibraciones he hecho lo correcto. La semana que viene estoy invitada a una brillante comida de intelectuales sobre La motocicleta de Kafka en el Ivy. Estoy decidida a, en lugar de asustarme por la fiesta, dejarme llevar por el pánico y volver a casa enfadada y deprimida, mejorar mi sociabilidad, mi confianza y a Hacer que las Fiestas Me Salgan Bien, siguiendo los consejos de un artículo que acabo de leer en una revista.
Al parecer, Tina Brown, del New Yorker, es brillante en lo que a fiestas se refiere, se desliza con gracia de un grupo a otro, diciendo: «¡Martin Amis! ¡Nelson Mándela! ¡Richard Gere!», con un tono que sugiere: «Dios mío, ¡no he estado tan encantada de ver a alguien en toda mi vida! ¿Has conocido a la persona más deslumbrante de la fiesta aparte de ti? ¡Habla! ¡Habla! ¡Tengo que transmitir! ¡Adiós!». Me gustaría ser como Tina Brown, aunque, obviamente, no tan trabajadora.
El artículo está lleno de consejos útiles. Al parecer, uno nunca debería hablar con alguien en una fiesta más de dos minutos. Cuando ha pasado el tiempo, sólo dices: «Creo que se supone que debemos circular. Encantada de conocerte», y te marchas. Si no sabes qué decir después de haberle preguntado a alguien qué hace y de que te haya respondido «trabajo en una funeraria» o «trabajo para la Agencia de Ayuda al Niño», sólo tienes que preguntar: «¿Te gusta?». Cuando presentes a alguien, añade un amable comentario o dos sobre cada persona, para que su interlocutor tenga un punto de partida para la conversación. Por ejemplo: «Éste es John, es de Nueva Zelanda y le gusta hacer windsurf». O: «Gina es una experta paracaidista y vive en un balandro».
Lo más importante: uno no tiene que ir nunca a una fiesta sin un claro objetivo: establecer contactos que te puedan ayudar a mejorar tu carrera; hacer amistad con alguien en concreto; o simplemente «cerrar» un trato de primera. Entiendo lo mal que lo hacía, porque siempre iba a las fiestas con el único objetivo de no achisparme demasiado.