56,65 kg, 5 copas (culpa de Jude), 2 cigarrillos (le puede pasar a todo el mundo: no significa que haya vuelto a empezar a fumar), 1.765 calorías, 2 lotos instantáneas.
Hoy le he hablado a Jude de lo de la elegancia interior y ella me contó, lo cual resultó interesante, que había estado leyendo un libro de autoayuda sobre el Zen. Dijo que, cuando mirabas la vida, el Zen se podía aplicar a todo: Zen y el arte de ir de compras, Zen y el arte de comprar pisos, etc. Aseguró que todo era cuestión de Flujo más que de lucha. Y si, por ejemplo, tenías un problema o las cosas no estaban saliendo bien, en lugar de ponerte tensa o enfadarte debías relajarte y notar cómo entras en el Flujo y todo saldría bien. Es, dijo, como cuando no puedes conseguir que una llave abra una cerradura y si la mueves con furia la cosa empeora, pero sácala, ponle un poco de pintalabios, y… ¡Eureka! Pero que no le mencionase la idea a Sharon, porque ella pensaba que era una chorrada.