56,65 kg, 4 copas (harta), 23 cigarrillos (muy muy mal, sobre todo en dos horas), 3.827 calorías (repulsivo).
2 p.m. Hum. Justo lo que necesitaba. Mi madre irrumpió en mi piso, la crisis de la Cigarra Que Cantó Todo el Verano milagrosamente olvidada.
—¡Dios mío, cariño! —dijo entrecortadamente, y se movió a toda velocidad por mi piso en dirección a la cocina—. ¿Has tenido una mala semana o algo así? Tienes un aspecto espantoso. Parece que tengas noventa años. Bueno, adivina qué, cariño —dijo dándose la vuelta, mientras aguantaba la tetera, dejaba caer la mirada y la volvía a levantar, brillando como Bonnie Langford a punto de embarcarse en un número de claque.
—¿Qué? —farfullé malhumorada.
—He conseguido un trabajo de presentadora de televisión.
Me voy de compras.