Dicen los viejos (sic) que en este país
hubo una guerra (sic),
que hay dos Españas que guardan aún
el rencor de viejas deudas.
[…] Pero yo sólo he visto gente
que sufre y calla, dolor y miedo,
gente que sólo desea
su pan (sic), su hembra (sic) y la fiesta (sic) en paz.
[…] Dicen los viejos (sic) que hacemos
lo que nos da la gana (sic);
y no es posible que así pueda haber
gobierno que gobierne nada (sic)
[…] Pero yo sólo he visto gente
muy obediente, hasta en la cama (sic),
gente que tan sólo pide
vivir su vida, sin más mentiras (sic) y en paz.
Libertad, libertad, sin ira libertad,
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad, sin ira libertad,
y si no la hay, sin duda la habrá (y sic).
JARCHA, Libertad sin ira (1977)
En las postrimerías del ocioso estío, ha regresado a mí este año, por dos vías distintas, un poema de Antonio Machado que desde hacía tiempo estaba ausente de mi ánimo: el soneto A Líster, jefe en los ejércitos del Ebro […] La poesía de circunstancias, sean éstas cualesquiera, puede ser pésima; pero, aparte de eso, toda poesía es de circunstancias: de circunstancias fueron las Coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre, el Llanto de García Lorca por Ignacio Sánchez Mejías y el poema de Antonio Machado sobre el asesinato de García Lorca […] ¿Por qué, entonces, habrá tenido tan mala fortuna crítica? ¿Por qué, ahora, tiene que buscarle disculpa quien quiere ponderar sus quilates estéticos? […] Después de aquel momento, durante la guerra generalizada, Líster seguiría en campañas europeas, fiel a su vocación; y hoy, pasados tantos años, su lealtad podrá parecer un anacronismo; hoy, el soneto en que Machado quiso enaltecerle produce una cierta sensación de vago malestar. Hoy ¡se es tan avisado! ¡Se está tan por encima de ciertas cosas!
FRANCISCO AYALA (1988)