[2] Al igual que ocurre con la catedral en la novela El proceso, se han buscado los modelos que hayan podido inspirar a Kafka para la descripción del castillo. Así, se ha mencionado el castillo de Praga, también la ruina Strela en las cercanías de Strakonitz o el castillo de Wallenstein en Friedland. Según Wagenbach, se trataría del castillo en Wossek, un pequeño pueblo a cien kilómetros de Praga de donde procedía el padre de Kafka. <<
[3] En los numerosos comentarios de la novela El castillo se ha especulado con el significado de este enigmático nombre. Partiendo de la consideración de que Kafka solía elegir los nombres con que designaba a sus personajes por su alcance simbólico, el conde Westwest ha experimentado distintas interpretaciones. Por ejemplo, se ha relacionado con el «Hotel Occidental» en la novela El desaparecido que hacía referencia a decadencia o ruina; sin embargo, la duplicación de la sílaba, como establece Erich Heller, también puede indicar una afirmación resultante de una doble negación. Según Politzer, aquí Kafka podría referirse a la vida eterna. Otra interpretación podría basarse en una topografía ficticia relacionada con la Divina Comedia, algunos exegetas han considerado, siguiendo esta hipótesis, que la novela se desarrolla en una suerte de submundo. Otra teoría hace hincapié en la condición de Kafka de judío occidental; así, Westwest haría referencia al «más occidental de los judíos». <<
[4] Sobre la elección de la profesión de agrimensor para el personaje K se han aportado diversas aclaraciones. La agrimensura, como el arte de medir tierras, sugiere un afán de ordenación, de establecer límites y fronteras, lo que contrasta con la vida desarraigada de K y sus intentos de integrarse en el pueblo. Desde esta perspectiva, el término «agrimensor» despierta múltiples asociaciones y paralelismos. En sus Diarios, Kafka escribió que en 1912, durante su estancia en un sanatorio en Stapelburg, conoció a un agrimensor con el que posteriormente mantuvo una correspondencia. Según P E Neumayer, la figura del agrimensor K se inspira en un libro leído por Kafka, una biografía escrita por Oskar Weber con el título El barón del azúcar. El destino de un exoficial alemán en Sudamérica. El autor, con el que Kafka se identificó, trabajó siete años como agrimensor. <<
[5] El nombre de Barnabás o Bernabé despierta ecos bíblicos. En los Hechos de los Apóstoles, 4, 36 se menciona a José a quien los apóstoles llamaron Bernabé (es decir, Consolado), que era clérigo judío y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el importe y puso el dinero a disposición de los apóstoles. En la novela parece desempeñar el papel de mensajero de la esperanza o expendedor de consuelo. <<
[6] La traducción del nombre de Klamm sugiere estrechez, rigidez. <<
[8] El nombre de Frieda hace referencia a paz, quizá como el deseo de K de alcanzar a través de ella la tan ansiada integración en el pueblo. <<
[15] Momus, figura mitológica que descubre los errores de los dioses, el crítico del Olimpo, el hijo de la noche. En contraste con Barnabás, parece destruir toda esperanza. <<
[28] Precisamente el funcionario del que K espera alcanzar una solución, aunque en vano, como se mostrará, se llama Erlanger, «el que consigue o alcanza algo». <<