«Arriba silencio, las tormentas iluminadoras —tormentas moribundas— iluminan el silencio de arriba.»
Este ejemplo es un ketek, una compleja forma de poema sagrado vorin. El ketek no solo se lee igual hacia delante que hacia atrás (permitiendo alteraciones de las formas verbales), sino que es también divisible en cinco secciones más pequeñas, cada una de las cuales compone un pensamiento completo.
El poema completo debe formar una frase gramaticalmente correcta y (teóricamente) de significado conmovedor. Dada la dificultad de construir un ketek, la estructura se consideró en sus tiempos la forma más elevada e impresionante de toda la poesía vorin.
El hecho de que este fuera murmurado por un herdaziano analfabeto moribundo en un idioma que apenas hablaba debería ser de especial importancia. No hay ningún registro de este ketek concreto en ninguna recopilación de poesía vorin, así que es muy improbable que el Sujeto estuviera repitiendo simplemente algo que hubiera oído alguna vez. Ninguno de los fervorosos a los que se lo enseñamos lo conocía, aunque tres alabaron su estructura y pidieron conocer al poeta.
Dejamos que la mente de su majestad, en un día fuerte, reflexione sobre por qué las tormentas podrían ser importantes, y qué puede significar el poema al indicar que hay silencio tanto arriba como debajo de dichas tormentas.
Joshor, jefe de los recopiladores silenciosos de su majestad, Tanatanev, 1173.