El Juego del Tarot al que aluden los personajes de esta trilogía es, en realidad, una forma del «tarok», uno de los primeros juegos conocidos utilizando las cartas del tarot, cuya aparición en Europa alrededor de los siglos XIV y XV todavía permanece envuelta en misterio. Existen muchas teorías con respecto al origen de estas cartas alegóricas y místicas, estableciendo sus relaciones desde el Libro Egipcio de Thot a la Cábala hebrea e incluso a bandas ambulantes de cristianos disidentes, quienes podrían haber utilizado los dibujos simbólicos de las cartas para enseñar a una población analfabeta.
Muchos eruditos atribuyen a los gitanos la introducción en Europa de las cartas y, puesto que antiguamente se creía —erróneamente— que esta raza provenía de Egipto (de donde proviene etimológicamente gitano), resulta fácil comprender de dónde surgió la teoría de que las cartas eran originarias de ese país, una teoría abierta a debate. Es dudoso que fuera esta raza quien inventó las cartas. Las utilizaban simplemente para toscas adivinaciones, sin una aparente comprensión del complejo simbolismo de éstas.
Las cartas del tarot se hicieron populares en Europa a pesar de que no gustaban a la Iglesia. Muchas de nuestras primeras referencias a ellas son edictos que prohíben su utilización. Pese a esto, se hicieron populares entre la nobleza acomodada, lo que salvó su existencia. Barajas pintadas a mano con pan de oro, polvo de lapislázuli, y otras sustancias con nombres tan exóticos como «sangre de dragón» y «polvo de momia» hicieron su aparición en las cortes reales.
Se especula con que al estar prohibido por la Iglesia decir la buenaventura, se inventaron juegos utilizando las cartas. La introducción de moldes de impresión hizo que las cartas fueran asequibles al pueblo en general, y llegó un momento en que las barajas del tarot fueron tan populares y su uso tan extendido que la Iglesia y los políticos no pudieron seguir luchando contra ellas. Incluso llegó a emplearse un simbolismo cristiano en ellas, en un esfuerzo quizá más tolerante por parte de los miembros de la Iglesia.
En general, las barajas del tarot en existencia hoy en día han cambiado muy poco durante los últimos quinientos años. La baraja del tarot incluye las veintidós cartas del Arcano Mayor y las cincuenta y seis del Arcano Menor. A las primeras veintidós cartas se las denomina triunfos, la palabra triunfo viene del latín triumphi. La palabra tarot proviene del término italiano del siglo XVI tarocco, cuyo plural: tarocchi, denominaba las cartas del Arcano Mayor y, más adelante, a toda la baraja. Arcano es una palabra latina que significa misterio o secreto. Tarot es la derivación francesa de tarocchi, y fue este término el que se popularizó para aludir a las cartas.
A través de los siglos, los estudiosos han intentado analizar los significados alegóricos y místicos de las cartas del tarot, en particular las del Arcano Mayor. Empezando por la primera carta (cuyo número tanto puede ser 0 como 22), conocida como la carta del Bufón, la baraja incluye también cartas que muestran al Mago, el Sol, la Luna, la Muerte, el Ermitaño, el Colgado, la Torre Partida por un Rayo, el Demonio y el Mundo, entre otras.
La teoría favorita con respecto al significado alegórico del tarot es que las cartas representan el viaje del Bufón (el hombre) por la vida. El Bufón está dibujado, generalmente, como un hombre joven que anda con despreocupación por el borde de un precipicio. Sus ojos están fijos en el sol, no mira por dónde va y parece en inminente peligro de caer. Un perro pequeño (la naturaleza física del hombre) que ladra a sus pies parece intentar alejarlo del borde del precipicio con sus ladridos o bien hacerlo caer por él. La gente con la que el Bufón se va encontrando —como el Mago, el Ermitaño— y las experiencias que experimente durante su viaje por la vida le facilitarán la autocomprensión que debe adquirir para completar su viaje con éxito.
Nuestra fascinación por las cartas y la diversión que nos producen los juegos que hemos desarrollado utilizándolas, continúa en nuestros días. Muchos juegos de cartas modernos utilizan versiones revisadas de las cartas del tarot, reteniendo casi todas las cartas del Arcano Menor, o palos, además del comodín, o carta del Bufón. Éste está compuesto por las cartas de la corte: reyes, reinas, caballeros y pajes, además de las cartas de cada palo que van numeradas del uno (el as) al diez. Los palos del primitivo Arcano Menor eran espadas, copas, oros y bastos, que se mantienen en la baraja española y han pasado a denominarse picas, corazones, diamantes y tréboles en las demás.
El juego del «tarok» —popular aún en algunos lugares de Europa— basa su originalidad en que retiene el uso de las cartas del Arcano Mayor a la vez que las del Arcano Menor. Puede jugarse con dos o tres jugadores, aunque reglas recientes incluyen hasta cuatro. Hay muchas versiones diferentes de estas normas. Las que ahora se citan provienen de La Enciclopedia del Tarot de Stuart Kaplan, y sirvió de base para el juego que practican nuestros personajes. Utiliza la baraja de setenta y ocho cartas; el que reparte da tres manos de veinticinco cartas cada una, dejando tres de ellas boca abajo sobre la mesa. Los jugadores ordenan sus cartas y el que ha repartido desecha de su mano las tres cartas que considera menos útiles, cambiándolas por las que hay sobre la mesa.
La puntuación se fija antes de iniciar el juego. Las veintidós cartas llamadas triunfos varían de valor, y los puntos conseguidos vienen determinados por los triunfos que tenga en su mano cada jugador. Los jugadores entonces obtienen puntos adicionales ganando bazas: que se consiguen cuando las cartas más altas capturan a las más bajas. El que obtiene cien puntos gana el juego.
La carta del Bufón es la carta de menor valor de la baraja. No puede capturar ninguna carta de ningún palo, pero se la puede jugar contra cualquier palo que sea mano. Lo fascinante de la carta del Bufón es que puede utilizarse para proteger a una carta de mayor valor. Si, por ejemplo, es mano el rey de copas y el jugador siguiente tiene la reina de copas, este jugador puede jugar el Bufón en su lugar para salvar a su reina.
Para aquellos que estén interesados en saber más cosas sobre las cartas del tarot o el juego del tarok, se recomiendan las siguientes lecturas:
La Enciclopedia del Tarot, Tomo I, por Stuart R. Kaplan, U.S. Games Sistems, Inc., Nueva York, 1978.
Guía Completa del Tarot, por Eden Gray, Bantam Books, Nueva York, 1981.