Hace ya mucho, en los Días Antiguos, los Elfos se dividieron en dos grandes ramas: los Elfos del Oeste (los Eldar) y los Elfos del Este. A esta última especie pertenecía la mayor parte de los pueblos que habitaban el Bosque Negro y Lórien; pero sus lenguas no aparecen en esta historia, en la que todos los nombres y las palabras élficas se dan en la forma Eldarin.[55]
De las lenguas Eldarin, en este libro aparecen dos: el alto élfico o Quenya y la de los Elfos Grises o Sindarin. El alto élfico es una antigua lengua de Eldamar, más allá del Mar, la primera en la que aparecen documentos escritos. No era ya una lengua nativa, sino que se había convertido, por así decir, en una especie de "latín élfico", y los Altos Elfos, que habían vuelto a la Tierra Media al término de la Primera Edad, lo utilizaban todavía en las ceremonias y en los elevados asuntos de la ciencia y el canto.
En su origen la lengua de los Elfos Grises estaba emparentada con el Quenya; porque era la lengua de aquellos Eldar que habían llegado a las orillas de la Tierra Media y no habían atravesado el Mar, quedándose un tiempo en las costas del país de Beleriand. Allí Thingol Mantogrís de Doriath era el rey, y en el largo crepúsculo la lengua había cambiado junto con loscambios de las tierras mortales, y se había apartado mucho de la lengua de los Eldar de más allá del Mar.
Los Exiliados, que habitaban entre la más abundante población de los Elfos Grises, habían adoptado el Sindarin para el uso cotidiano; por tanto, ésa era la lengua de todos los Elfos y señores élficos que aparecen en esta historia. Pues éstos eran todos de raza Eldarin, aun cuando el pueblo al que gobernaran fuera de clanes menores. La más noble de todos era la Señora Galadriel, de la casa real de Finarfin y hermana de Finrod Felagund, Rey de Nargothrond. En el corazón de los Exiliados la nostalgia por el Mar fue una inquietud que jamás se apaciguó; dormitaba en el corazón de los Elfos Grises, pero, una vez despierta, ya no era posible calmarla.