Como era frecuente en la época, todos los elementos de la portada se presentan sintácticamente enlazados entre sí («El ingenioso hidalgo…, compuesto por…, dirigido a…, véndese…»), pero distinguidos por los tipos y tamaños (mayúsculas, cursiva, etc.). La composición tipográfica se centra en torno a un emblema utilizado por diversos impresores, desde el siglo xv: un halcón en la mano del cazador y con la cabeza cubierta por un capirote que se le quitará cuando llegue el momento de acometer su presa; al fondo, un león dormido con los ojos abiertos; el lema en latín (‘Tras las tinieblas espero la luz’) procede del libro de Job, XVII, 12.
El emblema es una de la varias marcas empleadas en la imprenta de Pedro Madrigal († 1593), que durante unos años (hasta 1607) estuvo regida por Juan de la Cuesta, yerno de la propietaria. El editor de la obra fue el librero y negociante Francisco de Robles, especializado en publicaciones oficiales y obras jurídicas; y fue Robles quien determinó y financió todos los aspectos del volumen, que Cuesta se limitó a confeccionar materialmente.