[1] ‘aunque’.<<

[2] ‘se separase’, abandonando a su amo sin avisarlo, como hacían los criados insatisfechos.<<

[3] ‘cazadores de cetrería’, que emplean aves de presa amaestradas para cazar.<<

[4] ‘¡Con buen encajador habéis dado!’, en sentido irónico de ‘¡Habéis dado con la persona más a propósito para ello!’.<<

[5] ‘mientras me has servido a mí’.<<

[6] ‘que en darle la licencia’.<<

[7] ‘de recreo’.<<

[8] De hecho, en ningún momento se dice el título de la Duquesa.<<

[9] ‘en la imprenta’.<<

[10] ‘a mis dominios’, territorios de su propiedad y sujetos a la jurisdicción de los Duques. José Antonio Pellicer, en 1797, señaló que los Duques de Luna y de Villahermosa tenían una «casa de placer» en Pedrola (en la actual provincia de Zaragoza), en la misma orilla occidental del Ebro por la que discurre el itinerario de don Quijote.<<

[11] ‘se irguió gallardamente, se pavoneó’.<<

[12] ‘espoleó’.<<

[13] ‘le esperaban’.<<

[14] ‘estar de acuerdo con él’.<<

[15] ‘en el lío de cuerdas’.<<

[16] ‘la primera figura’.<<

[17] ‘El (feliz) suceso que yo he tenido’.<<

[18] ‘Poco a poco’.<<

[19] ‘alfarero’.<<

[20] ‘demostrará que es verdad lo que digo’.<<

[21] celsitud: ‘excelsitud, excelencia’. Como otros de los tratamientos que se dan a la Duquesa (altanería, santidad…), no es término que se usara en la realidad, sino exageración de las fórmulas de cortesía.<<

[22] ‘se mezcló, se entrometió’.<<

[23] ‘participó’, y también ‘fue el cuarto interlocutor’.<<