[1] ‘y pusiese la albarda al asno’.<<

[2] Plantas asociadas al duelo y al desamor.<<

[3] ‘vestidos lujosamente para viajar’.<<

[4] ‘a cambio’.<<

[5] ‘el carácter difícil, esquivo’.<<

[6] ‘la requerían de amores’.<<

[7] Esta leyenda figura en varias obras de la llamada «materia de Bretaña», cuyos protagonistas son el rey Arturo y sus caballeros.<<

[8] El romance que don Quijote recita a continuación recoge la conocida historia de los amores entre la reina Ginebra, esposa del rey Arturo, y el caballero Lanzarote del Lago. La dueña Quintañona, que habría ejercido de alcahueta (de ahí la ironía de tan honrada), es una aportación de dicho romance.<<

[9] ‘celebrado’.<<

[10] ‘por primera vez’.<<

[11] ‘buena parte’.<<

[12] ‘a paganismo’.<<

[13] ‘eso no puede ser de otra manera’.<<

[14] ‘en el transcurso de su acción’.<<

[15] ‘le ocurre también’.<<

[16] ‘por la parte superior de una tapia’.<<

[17] ‘a la que no podía resistirse’.<<

[18] ‘de no hacer público el nombre de su dama’.<<

[19] ‘con el empeño que me permiten los buenos modales’.<<

[20] Llamar a la dama enemiga es motivo característico del amor cortés, en la tradición de los trovadores provenzales y Petrarca; (véase II, 38).<<

[21] El paraíso de las almas bienaventuradas según la mitología clásica.<<

[22] ‘arcos iris’.<<

[23] Principales linajes nobles de la antigua Roma, de Italia y de algunos reinos de España.<<

[24] Cuenta Ariosto en el Orlando que esta frase la graba Cervino, hijo del rey de Escocia, en un árbol donde encuentra colgadas las armas de Orlando.<<

[25] Linaje histórico de Laredo, en la actual región de Cantabria.<<

[26] ‘¡Imposible que no lo conozca!’; admiración de sentido negativo que podía ir acompañada del gesto de extender el dedo corazón haciendo una higa (eso).<<

[27] ‘unas de tejo y otras de ciprés’; el tejo y el ciprés eran árboles fúnebres.<<

[28] ‘una camilla’.<<

[29] ‘único’. El fénix es un ave legendaria que renace de sus propias cenizas.<<

[30] Quizá se recuerda el comienzo de la Divina comedia: «Nel mezzo del camin di nostra vita».<<

[31] Según la tradición antigua, Virgilio (el divino Mantuano) dispuso en su testamento que se quemara la Eneida, de la que se sentía insatisfecho. El emperador Augusto hizo caso omiso de tal deseo y mandó publicar el poema.<<

[32] ‘que podéis hacerlo en el tiempo que se tarde en cavar la sepultura’.<<