Cervantes, que jamás llama al protagonista «ingenioso caballero», había dado al Quijote de 1615 el título de Segunda parte de don Quijote de la Mancha (por más que, de seguir la pauta de 1605, le habría correspondido el de Quinta parte del ingenioso hidalgo…). La forma que aparece en la portada responde a razones de conveniencia editorial, por el deseo de mantener la continuidad y a la vez establecer una diferencia respecto al primer Quijote y respecto a la continuación apócrifa de Avellaneda (1614), que se presentaba como Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras. En 1615, por otro lado, Juan de la Cuesta llevaba siete años huido de Madrid, pero la propietaria de la imprenta mantuvo su nombre en la denominación comercial de la casa.