Notas

[*] PRIMER LIBRO: Con el fin de evitar confusiones, recordamos que El Quijote consta de dos libros. El primero se publicó por primera vez en 1605 y lleva por título «El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha»; este primer libro aparece dividido a su vez en cuatro partes. El segundo libro se publicó en 1615 y lleva por título «Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha» y no está dividido en partes. (Nota de la Editorial). <<

[1] Tasa: junto con la Aprobación (o «censura»), extraviada en la imprenta, el Privilegio («derechos de autor») y la Fe de erratas («compulsa oficial del resultado impreso con el original aprobado»), la Tasa («precio de venta al público») era el último de los cuatro requisitos legales exigidos para la impresión del libro en los Siglos de Oro, al menos desde 1558. <<

[2] El ingenioso… Mancha: probablemente ese era el título original de la novela. <<

[3] maravedís: el real valía unos treinta y cuatro maravedís. <<

[4] pliego: «cuatro folios, ocho páginas». <<

[5] en papel: «sin encuadernar, en rústica». <<

[6] [de notar]: completamos de acuerdo con la fórmula legal al uso en la época. <<

[7] de lo haber correcto: «de haberlo compulsado y corregido». <<

[8] Murcia de la Llana: médico y corrector de Su Majestad, célebre por el desaliño con que ejercía su trabajo (el volumen estaba plagado de erratas), aunque los Murcia de la Llana corrigieron gran parte de la obra cervantina. <<

[9] fecha: «hecha»; primer arcaísmo administrativo del Privilegio: habíades («habíais»), le poder («poderle»), desuso («arriba, antes»), etc. <<

[10] premática: pregmática o pragmática: «ley, edicto». <<

[11] poder: «autorización». <<

[12] duque de Béjar: don Alfonso Diego López de Zúñiga y Sotomayor (1577-1619), séptimo duque de Béjar, nunca más homenajeado por Cervantes, por lo que se ha supuesto el carácter apócrifo de esta dedicatoria. <<

[13] granjerías: «ganancias, beneficios». <<

[14] sacar a luz: «publicar, divulgar». <<

[15] clarísimo: «ilustrísimo». <<

[16] parecer: «aparecer, comparecer». <<

[17] seguramente: «con seguridad, a salvo; sin temor». <<

[18] continiéndose: «ateniéndose; actuando dentro de». <<

[19] avellanado: «seco y enjuto». <<

[20] varios: «contradictorios, heterogéneos». <<

[21] se… cárcel: «se concibió o imaginó» —que no «se escribió»— en la cárcel: quizás en 1592 (Castro del Río) o en 1597 (Sevilla). <<

[22] todo… habitación: «toda calamidad habita, toda desgracia tiene lugar». <<

[23] padrastro: se refiere a la novela, no al personaje, en consonancia con el juego de autores (autor primero, segundo autor, Cide Hamete, traductor, etc.) que desplegará en sus páginas. <<

[24] alcabalas: «impuestos, tributos». <<

[25] … al rey mato: «… al rey me mato, o al rey me mando», acababa el refrán, para significar la libertad de pensamiento. <<

[26] te esenta: «te hace exento, te exime». <<

[27] te calunien: «te acusen, te responsabilicen». <<

[28] prefación: «prólogo, introducción». <<

[29] a deshora: «de improviso, inesperadamente». <<

[30] vulgo: la reprobación de la mordacidad ignorante del vulgo era tópica en los prólogos áureos. <<

[31] al cabo de… mis años: a finales de 1604, Cervantes llevaba unos veinte años sin publicar nada (La Galatea había salido en 1585) y rondaba los cincuenta y ocho años. <<

[32] leyenda: «lectura, libro» (después, leyentes: «lectores»). <<

[33] otros libros: las pullas apuntan contra Lope de Vega (ya El Fénix), quien había incurrido en los abusos aquí ridiculizados en La Angélica, La Arcadia, El Peregrino o el Isidro. Quizás de aquí proceda la indignación de Avellaneda, gran admirador del Fénix —en cualquier caso— y autor del Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (Tarragona, 1614; vid. II-Pról.). <<

[34] Xenofonte: mantenemos la grafía original, pues le afecta al sentido: acabando en. <<

[35] Zoílo o Zeuxis: son arquetipos recurrentes en la época de la murmuración y de la habilidad pictórica, respectivamente, llegando a protagonizar numerosas anécdotas (vid. II-XXXII y LIX y Persiles, IV-VII). <<

[36] oficiales: «artesanos, menestrales». <<

[37] naturalmente: «por naturaleza; de nacimiento». <<

[38] poltrón: «holgazán, vago». <<

[39] elevamiento: «ensimismamiento, embelesamiento». <<

[40] momento: «importancia, trascendencia». <<

[41] absortar: «admirar, arrebatar el ánimo». <<

[42] A la fe: «a fe mía». <<

[43] confundo: «cuestiono, contradigo». <<

[44] famoso: «digno de fama, notable». <<

[45] Preste Juan: emperador fabuloso, citado desde la Edad Media como punto de comparación hiperbólica. <<

[46] Trapisonda: Trebisonda, el puerto turco del Mar Negro, cuyo emperador se evoca con no menos sorna que al Preste Juan. <<

[47] quien: «quienes». <<

[48] bachilleres: «graduados»; pero aquí, «sabiondos». <<

[49] no… maravedís: «no os importe un comino». <<

[50] ya que: «aunque», según el uso habitual en los Siglos de Oro. <<

[51] cuesten… buscalle: concordancia anómala típicamente cervantina. <<

[52] Non… auro: «La libertad no debe cambiarse por todo el oro del mundo», de acuerdo con las Fábulas esópicas (De cane et lupo) de Walter Anglicus (s. XII), no con Horacio. Cervantes nos ofrece el tópico traducido en otras obras: «Por la mayor cantidad / de la riqueza subida / en valor y en calidad, / no es bien dada ni vendida / la preciosa libertad» (Galatea, VI); «La libertad, según yo he oído decir, no debe de ser vendida por ningún dinero» (Persiles, III-XIV). <<

[53] Pallida… / …turres: ahora sí son versos horacianos (Odas, I, 4), traducidos por Fray Luis de León así: «Que la muerte amarilla va igualmente / a la choza del pobre desvalido / y al alcázar real del rey potente». Reaparecerá en II-XX y en II-LVIII. <<

[54] Ego… vestros: «No obstante, yo os digo: amad a vuestros enemigos» (San Mateo, V-XLIV). <<

[55] De corde… malae: «Del corazón salen los malos pensamientos» (San Mateo, XV-XIX). <<

[56] Donec… / …eris: «En la prosperidad, contarás con muchos amigos; en la adversidad, estarás solo», pero es tópico (también con la forma Donec eris sospes… o Dum fueris dives…) procedente de Ovidio (Tristia, I, IX, 5-6), no de Catón. <<

[57] seguramente: «tranquilamente, sin problema». <<

[58] …en el capítulo: en el XVII (XLVIII-XLIX), de I Samuel (antiguo I Reyes). <<

[59] veréisos: «os las veréis, os hallaréis». <<

[60] famosa… poniendo…: lo que sigue parafrasea una nota de La Arcadia de Lope de Vega («Tajo, río de Lusitania, nace en las sierras de Cuenca, y tuvo entre los antiguos fama de llevar como Pactolo arenas de oro […] entra en el mar por la insigne Lisboa»), de modo que Cervantes quiere dejar bien claro el objetivo de su sorna, pese a la cual, él mismo recogería el difundido lugar común en todos y cada uno de sus títulos: desde La Galatea hasta el Persiles. <<

[61] Caco: Virgilio (La Eneida, VIII, 205 y ss., trad. en verso de G. Hernández de Velasco) lo describe como «monstruo a medias hombre y fiera», aunque la tradición lo reduce a hijo de Vulcano celebrado cómicamente como ladrón (le robó los bueyes a Hércules mientras dormía) y en esa línea lo recuerda Cervantes con frecuencia (Q1-II, Git, Adjunta a VP, Q2-XLIX, RD, PU, etc.). <<

[62] de coro: «de memoria, de carrerilla». <<

[63] obispo de Mondoñedo: se refiere a fray Antonio de Guevara (1480-1545), en alusión jocosa («gran crédito»), pues sus supercherías tratándose de citas clásicas no tienen límite. La historia real de las tres célebres rameras «enamoradas» —alguna vez tenidas por santas—, que se aluden a continuación, está en sus Epístolas familiares (LXIII). <<

[64] Ovidio: los que siguen son tópicos clásicos y mitológicos de lo más socorrido: Ovidio-Medea (Metamorfosis, VII), despedazadora de su propio hermano Absirto y asesina de los hijos de Jasón; Homero-Calipso (Odisea, passim; y Circe en X), aunque no fue ni encantadora ni hechicera; Virgilio-Circe (Eneida, VII), pero se refiere a ella sólo de pasada; César a sí mismo (Guerra de las Galias y Guerra civil) y Plutarco-Alejandros, como «valientes y magnánimos» (Vidas paralelas). <<

[65] con dos onzas: «con muy poco, con casi nada» (unos 60 gramos). <<

[66] toscana: «italiana». <<

[67] León Hebreo: se trata de Judá Abrabanel, autor de los Dialoghi d’amore (Roma, 1535), traducidos varias veces al castellano y de enorme influjo en el ideario amoroso renacentista. <<

[68] os… medidas: «os dé materia sobrada, os satisfaga cumplidamente». <<

[69] Fonseca: fray Cristóbal de Fonseca, autor del Tratado del amor de Dios (1592). <<

[70] voto a tal: eufemismo por «juro por Dios». <<

[71] puesto que: «aunque», con el valor habitual en la época. <<

[72] confutación: «refutación, impugnación». <<

[73] predicar… divino: la mezcla de picaresca y ascética constituye la médula misma del Guzmán de Alfarache, la novela de Mateo Alemán, concebida como Atalaya de la vida humana (II-I-6), más celebrada a comienzos del XVII, contra la que Cervantes no dejaría de arremeter frontalmente en El coloquio de los perros. <<

[74] mezcla: en doble sentido: «revuelto» y «tejido de hilos diferentes»; de ahí el juego léxico con vestir que sigue. <<

[75] máquina: «artificio, tramoya, quimera». <<

[76] Campo de Montiel: distrito manchego de Ciudad Real dependiente de Villanueva de los Infantes. <<

[77] Vale: «adiós, salud» (fórmula latina de despedida). <<

[78] Urganda: sabia encantadora, o maga, que protege al héroe en el Amadís de Gaula, apodada «la desconocida», según Galaor, «porque muchas vezes se trasformava y desconoscía» (I-XI). <<

[79] bue-[nos]: se emplea el verso llamado de cabo roto (se suprimen las sílabas siguientes a la última tónica, de modo que la rima descansa en ésta y todos los versos resultan agudos), en consonancia con el tono burlesco. <<

[80] …curio-[sos]: la décima, como el resto del poema, anbunda en modismos: llegarte a los bue-[nos]; fueres con letu-[ra]: «fueses con cuidado y tiento»; boquirru-[bio]: «inexperto, pipiolo»; no pones bien los de-[dos]: «no sabes lo que te haces»; el pan no se te cue-[ce]: «estás impaciente y ansioso»; de manos a bo-[ca]: «en un periquete, de sopetón»; no dar una en el cla-[vo]; se comen las ma-[nos]: «se desviven, rabian»; curio-[sos]: «entendidos, eruditos». <<

[81] árbol real: don Alfonso Diego López de Zúñiga y Sotomayor, duque de Béjar, a quien —según vimos— va dedicado el Quijote de 1605; real, porque los Zúñiga descendían de la casa real de Navarra. <<

[82] Alejandro Ma-[gno]: la magnanimidad y liberalidad de Alejandro Magno eran proverbiales, como ya dijimos (luego, en I-XLIX). <<

[83] a osa-[dos]… fortu-[na]: el aforismo, traducido de Virgilio («Audentes fortuna iuvat», Eneida, X, 284), es lugar común en los textos áureos, ya presente en La Celestina: «Mas di, como [Marón], que la fortuna ayuda a los osados» (I). <<

[84] damascaballe-[ros]: «Le donne, i cavalier, larme, gli amori» se lee en el primer verso del Orlando furioso, de Ariosto («Damas, armas, amor y empresas canto», tradujo J. de Urrea). <<

[85] a fuerza de bra-[zos]: «a base de esfuerzos y trabajos», aunque don Quijote jamás alcanzó a Dulcinea. <<

[86] hieroglí-[ficos]… escu-[do]: parece alusión mordaz —de corte gongorino— a las diecinueve torres del escudo que hizo estampar Lope de Vega, ufano por considerarse descendiente de Bernardo del Carpio («De Bernardo es el blasón: las desdichas mías son»), al frente de la Arcadia y del Peregrino. <<

[87] cuando… envi-[da]: en doble sentido, a partir del juego de la primera (las figuras son las cartas que menos puntos valen): «cuando sólo se llevan figuras, se envida con muy pocos tantos (se va “de farol”)» y «cuando todo es imaginario, se alardea con pocas garantías de credibilidad». <<

[88] dirección: «dedicatoria». <<

[89] Álvaro… Francisco: Álvaro de Luna, Aníbal (aguda en la época) y Francisco I son tres casos sonados de la «caída de príncipes» que prueban la inestabilidad de la Fortuna o diosa Voltaria: el primero, Condestable de Castilla en tiempos de Juan II, fue decapitado en Valladolid; el segundo, celebérrimo capitán cartaginés, terminó envenenándose en Bitinia; el tercero estuvo preso en Madrid, tras su derrota en Pavía (1525), hasta ser liberado por Carlos V. <<

[90] ladi-[no]: «conocedor de varias lenguas». <<

[91] Juan Lati-[no]: fue un criado negro de la duquesa de Terranova, encargado de llevar los libros al nieto de aquélla, el duque de Sesa, llegando a hacerse célebre como latinista, de donde procede su apodo. <<

[92] No… agu-[do]: «no te me pases de listo». <<

[93] le-[va]… / …flo-[r]: «treta, trampa», en ambos casos: ya sea en la esgrima, ya en el juego de cartas, respectivamente. <<

[94] metas en dibu-[jos]: nueva serie de modismos: meterse en dibujos y no te metas en dibujos, ni va ni viene, pasar de largo, dar en caperuza («aporrear, sobrepujar»), quemarse las cejas, etc. <<

[95] en caperu-[za] / …gracejan: «aporrear a los graciosos, ridiculizar a los chocarreros». <<

[96] el que… perpe-[tuo]: «quien publica, imprimiéndolas, estupideces, las hipoteca, exponiéndose a las críticas de por vida». <<

[97] a tontas y a lo-[cas]: en doble sentido: «sin orden ni concierto» y «para [muchachas] cretinas y alocadas». <<

[98] Amadís de Gaula: es el caballero andante por excelencia, como protagonista del libro de caballerías más célebre, que alcanzaría extraordinaria difusión tras la refundición hecha por Garci Rodríguez de Montalvo, muy a finales del siglo XV, de versiones medievales anteriores. <<

[99] Peña Pobre: el islote donde Amadís, desdeñado por Oriana, se retiró para hacer penitencia (Amadís de Gaula, II-XLVIII y ss.); pasaje que imitará don Quijote en los caps. xxv y XXVI de esta primera parte, bien que en Sierra Morena. <<

[100] alzándote: «quitándote, arrebatándote». <<

[101] la cuarta esfera: el cuarto cielo, «el del sol», como corresponde al rubio Apolo; entonces, «mientras luzca el sol». <<

[102] patria: «lugar de nacimiento, patria chica». <<

[103] único y solo: «singular y extraordinario». <<

[104] Belianís de Grecia: es el protagonista del libro de caballerías de Jerónimo Fernández, en cuatro partes, al que da nombre: Libro primero del valeroso e invencible príncipe don… (1547-1579). Vid. I-I. <<

[105] diestro: «hábil con la espada, experto en esgrima». <<

[106] …Fortuna: según el tópico, la Fortuna, o «diosa Voltaria», con el incesante girar de su rueda altera caprichosamente suertes y estados de los hombres —como ya vimos—, sin que sea posible dominarla. Sancho se burlará de ella en II-LXVI. <<

[107] copete… Ocasión: porque a «la Ocasión la pintan calva» y para aprovecharla, no hay más remedio que asirla por un mechón (copete o guedeja) que le cae sobre la frente; de ahí el refrán: «La ocasión, asirla por el copete o guedejón». <<

[108] al estricote: «de acá para allá, a mal traer, al retortero». <<

[109] Oriana: la hija del rey Lisuarte de Bretaña, primero amada y luego esposa de Amadís de Gaula. <<

[110] Miraflores: según se relata en el Amadís de Gaula (II-LIII), se trata del castillo paradisíaco, muy próximo a Londres, donde vivía Oriana. <<

[111] librea: «uniforme de criados con distintivo de la casa en la que sirven». <<

[112] …se escapara: porque Oriana no «se escapó» precisamente (Amadís, II-LVI). <<

[113] …sin escote: «sin pagar las consecuencias», ya que Oriana quedó preñada (de cuyo parto nacería Esplandián) durante su estancia en Miraflores (Amadís, II-LXIV). <<

[114] nuestro… Ovidio: el propio Cervantes, acaso comparado con Ovidio por las «metamorfosis» que don Quijote —y Sancho— hacen de Aldonza Lorenzo en Dulcinea, pues el poeta latino era celebrado especialmente por sus Metamorfosis. <<

[115] buzcorona: «golpe que se daba al dar a besar la mano a alguien». <<

[116] El Donoso: podría tratarse bien de Castillo Solórzano, que usó el sobrenombre de «El Donairoso», o bien de Gabriel Lasso de la Vega. <<

[117] tácito Villadie-[go]: «el silencioso y seguidor del tacitismo Villadiego», en consonancia con el refranero: «poner los pies en polvorosa» y «tomar las de Villadiego», empleado en La Celestina («Apercíbete, a la primera voz que oyeres, tomar calças de Villadiego», XII); de ahí lo que sigue. <<

[118] Babie-[ca]: «necio, bobalicón», aunque es el nombre del caballo del Cid, como se dirá en I-I. <<

[119] Parejas… flo-[jo]: «corrí en parejas caballerescas donde ganaba el que llegaba el último». <<

[120] Lazari-[llo] / …pa-[ja]: recuerda la difundida treta con la que Lazarillo de Tormes hurta el vino a su primer amo, el ciego, valiéndose de una paja de centeno («la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupando el vino, lo dejaba a buenas noches», I). <<

[121] par: con valor disémico, de ahí el juego semántico (zeugma dilógico) que sigue: «Par de Francia» e «igual». <<

[122] Angélica: es la hija de Galafrón y amada de Orlando, quien, según refiere Ludovico Ariosto en su Orlando furioso, enloqueció por el desdén de aquélla, enamorada de Medoro. Vid. I-XXV; I-XXVI; II-I, etc.. <<

[123] perdiste el seso: alude, de nuevo, a las locuras de Sierra Morena. <<

[124] cita: cita, scita o escita: «el habitante de Citia o Escitia» (al norte del Mar Negro), siempre recordado por su blancura y crueldad. <<

[125] suceso: «éxito, desenlace». <<

[126] El Caballero del Febo: «… del Sol», protagonista del libro de caballerías (1555, con varias continuaciones) que lleva su nombre (constituye la primera parte del Espejo de príncipes [Zaragoza, 1562]), de D. Ortúñez de Calahorra. Claridiana, mencionada más abajo, hija del Emperador de Trapisonda, ya citado, y de la reina de las Amazonas, es la coprotagonista de la historia. <<

[127] curioso: «esmerado, cuidadoso». <<

[128] do: «donde». <<

[129] raro: «singular, extraordinario». <<

[130] godo: «noble, linajudo». <<

[131] Solisdán: posible errata por Solimán, emperador de Trapisonda, si no se trata de un nombre inventado, quizás protagonista de alguna historia caballeresca perdida. Su lenguaje choca por lo arcaizante: maguer: «aunque»; cerbelo: «juicio, caletre»; tuertos: «torcidos, desaguisados»; follones: «cobardes, fanfarrones»; cautivos: «viles»; raheces: «despreciables»; desaguisado: «agravio, tuerto»; conorte: «consuelo»; etc. <<

[132] maguer: «aunque» (alterna con maguera). <<

[133] Andá: por andad, es forma vulgar del imperativo habitual en la época. <<

[134] Primera parte: entiéndase Primera parte (I-VIII) del Quijote de 1605, que salió dividido en cuatro subpartes (I-VIII, IX-XIV, XV-XXVII y XXVIII-LII), sin ser concebido como Primera parte de la continuación de 1615 (Segunda parte del ingenioso caballero…), que salió sin partición alguna. <<

[135] ingenioso hidalgo: ya desde el título se anticipa, al igual que en otros títulos cervantinos («celoso» extremeño, curioso «impertinente», licenciado «vidriera», rufián «dichoso», etc.), el rasgo principal del protagonista («inventivo, imaginativo, agudo»), aquí perfectamente acorde con la complexión física del hidalgo (según Juan Huarte de San Juan, Examen de ingenios para las ciencias, 1575) y con las metamorfosis imaginarias en las que se basa su «extraña locura». <<

[136] condición y ejercicio: «estamento y forma de vida». <<

[137] En un lugar: «En un pueblo pequeño». Es comienzo más propio de cuento (así empiezan El celoso extremeño y El cautivo) que de libro caballeresco, que coincide con el octosílabo de una ensaladilla anónima. Vid. II-LXXIV. <<

[138] astillero: «lancera, estante para las lanzas». <<

[139] adarga: «escudo ovalado de cuero». <<

[140] más… carnero…: porque la carne de vaca, para el cocido (olla), era más barata que la de carnero. <<

[141] salpicón: «fiambre de carne picada». <<

[142] duelos y quebrantos: «huevos con torreznos». <<

[143] las tres partes: «las tres cuartas partes». <<

[144] sayo… fino: son todas prendas de vestir ordinarias: sayo de velarte: «vestidura larga de paño fino, negro o azul, que se llevaba bajo la capa»; calzas de velludo: «medias de terciopelo o felpa»; pantuflos: «calzado que se ponía sobre los zapatos para abrigarse»; vellorí: «paño entrefino de color pardo». <<

[145] un mozo: nótese que este «criado para todo» no volverá a mencionarse. <<

[146] sobrenombre: «apellido», manejado con gran variabilidad: Quijada (I-XLIX), Quesada, Quejana; luego Quijana (I-V) y, finalmente, Alonso Quijano (II-LXXIV). <<

[147] los autores: además de la rumorología y del propio Cervantes, el lector tendrá ocasión de conocer a unos cuantos: cronistas de la Mancha, sabio encantador, Cide Hamete Benengeli, etc.; descuento hecho —claro está— del narrador (o narradores) y del traductor morisco. <<

[148] hanegas: fanegas; en Castilla, una media hectárea (sobre 7000 metros cuadrados). <<

[149] Feliciano de Silva: aunque más conocido por su Segunda Celestina (1534), Feliciano de Silva (1492?-1558?) es autor de varias continuaciones del Amadís (Lisuarte de Grecia, 1514; Florisel de Niquea, 1532; Amadís de Grecia, 1530; etc.), siempre de estilo un tanto alambicado y pueril que aquí ridiculiza Cervantes (entricadas razones). No obstante, la razón de la sinrazón podría aludir a la Segunda Celestina: «¡Oh amor, que no hay razón en que tu sinrazón no tenga mayor razón en sus contrarios!» (I). <<

[150] No… heridas: «no le parecían bien…», porque don Belianís recibía innumerables heridas (Clemencín contó 101 en los dos primeros libros) en la obra de Jerónimo Fernández ya citada. <<

[151] maestros: «cirujanos, médicos». <<

[152] dalle fin… promete: el autor terminaba los cuatro libros pidiendo a quien encontrase el original griego, extraviado por el mago Fristón, que acabase la obra. <<

[153] saliera con ello: «lo consiguiera, lo lograra». <<

[154] docto… Sigüenza: no tan docto, pues la de Sigüenza era «universidad menor» (lo mismo que la de Osuna en II-I y XLVII) y sus licenciados no disfrutaban de ningún prestigio. <<

[155] mejor caballero…: los que siguen (Palmerín, Amadís, Caballero del Febo y Galaor) son protagonistas y personajes célebres de los libros de caballerías y sus historias serán tratadas más detenidamente en el escrutinio de I-VI. <<

[156] maese: o maeso, «maestro». <<

[157] llorón… hermano: porque Amadís llora continuamente por los desdenes de Oriana. <<

[158] de claro en claro: «de un tirón; desde el atardecer hasta el amanecer». <<

[159] celebro: «cerebro». <<

[160] Cid: don Quijote, sumido en sus desvaríos caballerescos, confunde y mezcla historia con ficción, equiparando a Rodrigo Díaz de Vivar con personajes legendarios y mitológicos. <<

[161] Caballero… Espada: Amadís de Grecia, en el El noveno libro de Amadís de Gaula, cuyo protagonista tenía estampada en su pecho una espada roja que quemaba como una brasa, según la novela de Feliciano de Silva. <<

[162] Bernardo del Carpio: es el héroe épico fabuloso que, según la leyenda, mató a Roldán en Roncesvalles. <<

[163] industria: «artimaña, estratagema; astucia, sagacidad». <<

[164] …entre los brazos: porque —según el mito—, cada vez que lo derribaba cobraba nuevas energías de la Tierra, su madre. Se repite en I-XXVI y en II-XXXII. <<

[165] Morgante: era tan educado y cortés, que fue convertido al cristianismo por Roldán en Il Morgante (c. 1470), de Luigi Pulci, luego traducido al castellano como Libro del esforzado gigante Morgante y de Roldán y Reinaldos (1533). <<

[166] Reinaldos de Montalbán: Renaut de Montauban, uno de los héroes épicos franceses más celebrados en la literatura caballeresca castellana. Los hechos que se aluden a continuación se cuentan en el Espejo de caballerías, ya mencionado en los Prels. <<

[167] en allende: «en allende el mar, en ultramar». <<

[168] una mano: «una serie, una tunda». <<

[169] Galalón: Guenelon (Ganelón), el célebre Conde de Maganza y traidor de la Chanson de Roland, por cuyas felonías murieron en Roncesvalles —según las leyendas carolingias— los Doce Pares de Francia. <<

[170] ocasiones: «trances, lances, riesgos». <<

[171] acabándolos: «resolviéndolos, superándolos». <<

[172] de sus bisabuelos: si las armas pertenecían a sus bisabuelos, tenían que ser de finales del XV o principios del XVI: de tiempos de los Reyes Católicos, en todo caso, lo que acentúa lo anacrónica e irrisoria que había de resultar la indumentaria del «caballero». <<

[173] …celada entera: o sea que suplió con cartones la zona que quedaba al descubierto entre el morrión simple y la coraza, pues éste sólo cubría la parte superior de la cabeza, en tanto que la celada de encaje protegía hasta la coraza, en la que se encajaba; de ahí la gran falta. Sin duda, el morrión simple y la media celada, combinados, hacían un conjunto tan heterogéneo, arcaico y ridículo como don Quijote mismo. <<

[174] cuartos: en doble sentido: «moneda de ínfimo valor» y «enfermedad de los cascos de las caballerías». <<

[175] tantum… fuit: «era sólo piel y huesos» (Plauto, Aulularia, III, 6). Tanto Gonela, bufón del duque de Ferrara Borso d’Este, como su caballo eran motivo frecuente de burla por su extrema flaqueza, siendo ridiculizados en piezas burlescas y epigramas. <<

[176] Rocinante…: lo significativo del nombre se glosa burlescamente hacia el pasado («rocín antes») y hacia el futuro («ante rocín»: «el primero de todos los rocines»); además, rocín era el potro que no llegaba a caballo. En I-IX se detallarán los atributos físicos que justifican el nombre. <<

[177] Hepila: así el texto de la príncipe, que respetamos en solitario, aunque no hace sentido aparente, porque la enmienda universalmente generalizada desde la segunda edición, hacerla, es de todo punto inadmisible ecdóticamente (como lectura facilior): resulta inexplicable que un cajista compusiese Hepila —con mayúscula— partiendo de un original hacerla. <<

[178] don Quijote de la Mancha: se miren como se miren, los tres términos del apelativo rezuman parodia y burla: el título, el sobrenombre y la «patria». El uso del don era impropio de hidalgos, además de motivo satírico frecuente en la época; la Mancha, por su parte, no entrañaba, en ámbitos caballerescos, menos sorna, según hemos adelantado; el nombre, en fin, extrema de todo punto la burla: sobre denotar «la pieza del arnés que cubría el muslo», incorpora el sufijo -ote, con sus connotaciones ridiculizadoras, que alcanzan cotas de parodia caballeresca cuando se asocian con Lanzarote o con Camilote (el ridículo hidalgo, enamorado de la feísima Maimonda, en el Primaleón y Polendos [1516] y en Don Duardos [1522], de Gil Vicente). <<

[179] presentado: «regalado, ofrecido como presente». <<

[180] Caraculiambro: como la «isla» Malindrania que sigue, es uno de tantos y tantos nombres imaginarios (compuestos burlescos) inventados por Cervantes para ridiculizar los delirios quijotescos. <<

[181] ínsula: latinismo por «isla», según el uso propio de los libros de caballerías, que Cervantes mantendrá, con magistral acierto, a lo largo de toda la novela, para tener «engatusado» a Sancho, sin que éste llegue a entender nunca el sentido recto del «latinajo». <<

[182] ni le dio cata dello: «ni él le dio cuenta a ella del asunto» o «ni ella le dio a catar su buen parecer»; pero quizás, «ni ella se dio por enterada del asunto». <<

[183] Dulcinea del Toboso: también el nombre de la amada destila comicidad, además de rusticidad, pues se forma sobre dulce (de ahí la musicalidad que le inspira a don Quijote), partiendo de Aldonza («nombre en España, antiguo y ordinario», sobre el que corría el refrán: «A falta/mengua de moza, buena es Aldonza»), a la vez que entronca con la tradición literaria celestinesca: Melibea. Podría ser, acaso, anagrama sacado de Camila Lucinda, la amante de Lope de Vega. <<

[184] músico y peregrino: «armonioso y original o extraordinario». <<

[185] primera salida: el conjunto de la novela comprende tres salidas (1ª: I-II a I-v; 2ª: I-VIII a I-LII y 3ª: II-VIII a II-LXXIII), cuyo final será siempre desastroso y terminará con el retorno al «lugar de la Mancha»: primero, apaleado y enloquecido; después, encantado y enjaulado; finalmente, derrotado como caballero andante. <<

[186] apretándole: «urgiéndole, obligándole». <<

[187] la falta… que hacía: «el perjuicio que ocasionaba». <<

[188] tuertos que enderezar: «agravios o injusticias que reparar». <<

[189] embrazó: «ciñó en el brazo por las asas». <<

[190] armas blancas: sin empresa ni insignia alguna grabada en el escudo, como correspondía a los caballeros noveles («novatos, recién armados»), según explica el propio texto; pero también «limpias», por lo que sigue (pensaba limpiarlas). <<

[191] empresa: «divisa, emblema» (vid. I-XVIII). <<

[192] quietó: «sosegó, tranquilizó». <<

[193] …verdadera historia: repárese en el deslumbrante virtuosismo cervantino a la hora de establecer vínculos y perspectivismos entre vida y literatura: el personaje, puro ente de ficción, sale a la vida desde la literatura, pero bien consciente de que sus vivencias volverán a la literatura, sea en los «anales de la Mancha», en la «crónica de Cide Hamete», en la «continuación de Avellaneda» o en el propio Quijote, hasta el punto de que él mismo, todavía como protagonista del Quijote, tendrá noticia (en II, I-IV) de que su historia anda impresa y eso condicionará su actuación. <<

[194] desta manera…: lo que sigue es un amanecer mitológico en toda regla, bien que recreado burlescamente para ridiculizar el atildamiento propio del estilo caballeresco. El tópico culto reaparecerá en II-XIV. <<

[195] rubicundo: «rubio», como dios del Sol. <<

[196] pintados: «coloridos, variopintos». <<

[197] arpadas: «melódicas, armoniosas, canoras». <<

[198] celoso marido: Titón, el amado mitológico de la Aurora. <<

[199] ociosas plumas: «colchones de pluma, cama». <<

[200] Dichosa edad…: se anticipa el discurso de la Edad de Oro (I-XI). <<

[201] coronista: «cronista». <<

[202] caminos y carreras: es frase hecha, donde carreras vale lo mismo que «caminos». <<

[203] cautivo… padece: en lo que sigue, se vuelve a ridiculizar el lenguaje caballaresco pro su tendencia arcaizante, tanto morfológica (f-, -edes, artículo + posesivo) como léxica: cautivo: «desdichado, infeliz»; afincamiento: «apremio, congoja»; plégaos: «plázcaos»; membraros: «acordaros, recordad»; cuitas: «penas, aflicciones». <<

[204] parecer: «aparecer, presentarme». <<

[205] luego luego: «al punto, inmediatamente». <<

[206] avino: «sucedió, aconteció». <<

[207] la del Puerto Lápice: esto es, la del vizcaíno (I, VIII-IX), ocurrida en Puerto Lápice (al noreste de Ciudad Real), que pertenece a la segunda salida (VIII) y no es la primera aventura, como tampoco lo es la de los molinos de viento (VIII). <<

[208] acaso: «por casualidad». <<

[209] del partido: «golfas, prostitutas, rameras». <<

[210] hacer jornada: «detenerse para descansar; pernoctar». <<

[211] …había leído: en eso precisamente radica la peculiar locura de Alonso Quijano, pues sabemos que había perdido el juicio «del mucho leer» historias caballerescas: se empeñará en adaptar la tosca realidad manchega a sus delirios andantescos. Ello le dejará numerosos «intervalos lúcidos», cuando se trate de otras materias, que dotan de absoluta verosimilitud al planteamiento del héroe y posibilitan la recuperación de su cordura final. <<

[212] chapiteles: «remates piramidales». <<

[213] cava: «foso». <<

[214] destraídas: «fulanas, sinvergüenzas». <<

[215] graciosas: «hermosas y virtuosas; agraciadas». <<

[216] sin perdón: se invierte irónicamente la costumbre popular de pedir perdón antes de nombrar algo desagradable o sucio. <<

[217]demuestran: nueva serie de arcaísmos caballarescos: desaguisado: «agravio»; ca: «porque»; non: «no»; etc. <<

[218] correrse: «avergonzarse, afrentarse; ofenderse, enojarse». <<

[219] vos…: más arcaísmos: vos: «os»; acuitedes: «aflijáis»; ál: «otra cosa». <<

[220] contrahecha: «disfrazada, fingida». <<

[221] tan desiguales: «tan heterogéneas» por pertenecer a diferentes tipos de armadura: la adarga y el coselete («coraza ligera de cuero») eran propios de la caballería ligera (montaba a la jineta), en tanto que la brida era el modo propio de la caballería pesada (el de los caballeros andantes), armada con grandes escudos metálicos. Don Quijote, pues, montaba a lo caballero andante, pero con armadura ligera. <<

[222] amén: aquí, «menos, excepto». <<

[223] alcaide: es el castellano o «gobernador de un castillo»; de ahí lo que sigue. <<

[224] mis… / …pelear: son los dos primeros versos de un romance tan popular (recogido ya en el Cancionero de Amberes; c. 1550), que el ventero añadirá en su respuesta los versos tercero y cuarto: «Mi cama las duras peñas, / mi dormir siempre velar». <<

[225] huésped: designaba, indistintamente (latín hospes), al «hospedado» y al «hospedero». <<

[226] de los… Sanlúcar: como si dijese «de los pícaros y bellacos redomados», pues la playa en cuestión era, junto con los demás sitios citados más abajo (I-III), uno de los lugares típicos del denominado mapa picaresco; de ahí la asociación con Caco y con el estudiantado paje («estudiante fracasado» o «paje maleado sirviendo a estudiantes»; «apicarado o experimentado paje») al que se alude después. <<

[227] peto… celada: son todas piezas del arnés, que protegían las partes aludidas por sus respectivos nombres: el peto, el pecho; el espaldar, la espalda; la gola, el cuello; la celada, la cabeza. <<

[228] traídas y llevadas: «manoseadas, fulanas». <<

[229] curaban: «cuidaban». <<

[230] Nunca… / …de su rocino: Don Quijote se identifica, como declara a continuación, con Lancelot du Lac, sobre quien corría un difundidísimo —así se nos dirá en I-XIII— romance viejo: «Nunca fuera caballero / de damas tan bien servido / como fuera Lanzarote / cuando de Bretaña vino, / que dueñas curaban dél, / doncellas del su rocino». Saldrá a colación varias veces más abajo (los cuatro primeros versos en I-XIII y los dos últimos en II-XXXI). <<

[231] fasta: «hasta» (arcaísmo). <<

[232] pro: «provecho» (arcaísmo). <<

[233] yantaría: «comería». <<

[234] A dicha: aquí, «por casualidad». <<

[235] truchuela: «bacalao curado», aunque don Quijote entiende, según su respuesta, «trucha pequeña» y aun cabría leer en sentido erótico… <<

[236] eso se me da: «lo mismo me da, igual me da». <<

[237] en sencillos: «sueltos, en calderilla», porque el real (unos 34 maravedís) se acuñaba en monedas de a cuatro y de a ocho. <<

[238] y alzada la visera: entiéndase: «y mantenía la visera en alto, sujetándola con ambas manos», pues la forjó él mismo de cartón y la llevaba sujeta con unas cintas; así se explica bien lo que sigue, sin necesidad de retocar el texto. <<

[239] silbato de cañas: especie de «zampoña pequeña», con una sola fila de cañas escalonadas. <<

[240] candeal: «de harina muy blanca». <<

[241] graciosa: además de graciosa, «jocosa y burlesca» —«por escarnio», obviamente—, en contraposición con la solemnidad propia de tales ceremonias en los libros caballerescos, de nuevo objeto de parodia. El afán ridiculizador es meditado, pues —según Riquer— en la cómica «ceremonia» concurren todas y cada una de las circunstancias señaladas por las Partidas (XXI-XII) para invalidarla: el ventero no tiene «poderío de lo fazer», don Quijote está loco y, además, es pobre. <<

[242] mañana en aquel día: pleonasmo épico-caballeresco: «mañana mismo». <<

[243] cuatro… mundo: «Europa, Asia, África y América», según se enumerarán en I-XLVIII. <<

[244] prosupuesto: «propósito, designio, determinación». <<

[245] Percheles… Toledo: son lugares típicos del ya mencionado «mapa picaresco»; ahora sólo se echan de menos las Almadrabas de Zahara, tenidas en IF como «el finibusterrae de la picaresca». <<

[246] recuestando: «requiriendo de amores, cortejando». <<

[247] de nuevo: «nueva, con materiales nuevos». <<

[248] blanca: «nada, ni un céntimo» (la blanca valía medio maravedí). <<

[249] puesto caso que: «aunque, a pesar de que». <<