Las relaciones que se extienden en el tiempo suelen ser buenas en los negocios y en la vida profesional. Y cuando esas relaciones implican talento y personas involucradas de verdad en un proyecto, pueden llegar a ser deliciosas.
Desde la publicación de mi primera novela, Sé lo que estás pensando, pasando por la segunda, No abras los ojos, hasta llegar a la tercera, Deja en paz al diablo, he tenido el privilegio de trabajar con las mismas personas extraordinarias: la fantástica agente Molly Friedrich, su maravillosa socia Lucy Carson, y el inefablemente perspicaz editor, Rick Horgan.
Gracias, Rick. Gracias, Molly. Gracias, Lucy.