Historia de la nube negra y de la princesa azul de colores de acuarela
Una nube negra había viajado desde lugares lejanos, llevada por los vientos del Atlántico. Llegó hasta un reino en donde no había ni dragones, ni caballeros perversos, sólo había una princesa de hermosura de acuarela.
La nube nunca había estado ahí, y aun así se sentía a gusto por estar en un lugar tan caluroso. Pensó que quizás con su sombra pudiera refrescarle la vida y el alma a la gente de ese reino. La nube se posó en el castillo, exactamente en la ventana de la recámara de la princesa.
Y sin hacer ruido comenzó a llover palabras sinceras para enamorar a la linda princesa, de esas palabras que solamente salen de las profundidades del corazón de las nubes.
- Ehhhhh ¿qué haces ahí nubecita?
La nube no pudo pronunciar palabra alguna, quedó muda, quedó perpleja ante la belleza de la princesa. Finalmente pudo pronunciar algunas ideas.
- Me gustaría quedarme aquí, arriba de tu ventana para refrescarte con mi sombra.
- ¡¿Tú?! ¿Una ordinaria nube negra?
- Puedo hacerte compañía, sin molestar, sin hacer ruido.
- Nooooooo ¿cómo crees? El sol es mi compañía que me da los colores de la vida; me hace sentir bien cada día, tarde y noche.
- Pero –replicó la nube– trataría de hacerte feliz con el canto de mi lluvia por las tardes. Te arrullaría con mis sonidos y te cobijaría con mis versos de agua.
- ¿Qué dices? Tus versos son demasiado tristes y muy repetitivos. Nunca me harías feliz. Sinceramente no me interesa que te quedes afuera de mi casa.
- Puedo ser buena sombra en tiempo de calor, puedo llegar a calentarte con la calidez de mis palabras, puedo abrazarte para consolarte en días tristes.
- Prefiero al sol que la sombra de una nube negra. Prefiero la calidez de las acuarelas del color, el arcoíris de un día soleado. No, no me interesa, nunca me harías feliz. Así que te pido que te vayas muy lejos en donde no pueda verte ni escucharte nunca más.
La nube negra se retiró y pensó que la princesa tenía razón, era sólo una nube negra ordinaria, como tantas en el cielo, con un canto que no encantaba a nadie, con brazos que molestaban y con palabras vacías como la misma lluvia.
La nube negra se fue con los vientos y se perdió en las tempestades de la vida.
La princesa azul fue feliz con el sol, con sus colores de acuarela y con sus flores en la sonrisa. Nunca más supo de la nube negra y de su lluvia de palabras que tenía guardada para ella.
Las palabras recorren el universo sin descanso, una y otra vez, como la brizna que viaja con el viento por todos los rincones, se detiene y vuelve a tomar su inveterado camino, quizás para nunca volver o quizás para regresar un día al lugar donde nació.
Aquí un cuento que un día nació de mi lápiz y que decidió tomar alas para volar, como la misma nube negra o tal vez como Ícaro. Lo cierto es que llegó lejos, muy lejos, para detenerse en la mano de una maestra de España: Ana Galindo. ¿Qué año era aquel?, no lo recuerdo, pero ha pasado tiempo desde aquella vez en que junto a sus alumnos hicieron nuevos relatos a partir de la historia de la nube negra y de la princesa azul de colores de acuarela.
Conoce este recorrido de la nube negra y de la princesa azul, que en las manos de esos niños españoles fue transformada en cientos de relatos diversos. Los blogs en donde pueden visitar son:
http://el-blog-de-azul-mar.blogspot.mx/2010/05/historia-infantil-de-una-nube-negra-y.html
http://yaestamosenquintob.blogspot.mx/2010/06/los-cuentos-de-la-nube-y-la-princesa.html
¿Te atreverías a escribir tu propias versión?