Pericles
Dedicado a todos los perritos callejeros que habitan la Ciudad de México
Tiqui tiqui tiqui tiqui camina y camina con sol, con lluvia, con frío. Su panza está vacía, tiene días sin comer, sólo agua sucia ha tomado. Una mirada perdida sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse. Le duele su estómago por tantas lombrices que ha acumulado desde que nació. Aun así sigue con su andar cansado y temeroso.
Tiqui tiqui tiqui tiqui se cansa de su andar, se sienta y se lame sus patas acalambradas. Su lengua no es capaz de darle alivio, pero aun así se levanta y continúa su búsqueda de un poco de alimento en los basureros, en las calles, en los mercados.
Tiqui tiqui tiqui tiqui un niño le da una pedrada en su cabeza y un señor le propina una patada en sus costillas. ¿Por qué le pegan? No logra entender el porqué de los golpes, sólo siente un enorme dolor, un enorme espanto por las personas, un miedo atroz por la vida.
Tiqui tiqui tiqui tiqui hay lluvia y una buena alma humana le pone una playera, pero siente un frío intenso que le cala los huesos. No puede dormir con esa playera húmeda y con su dolor de garganta. Se acuesta al lado de un pastor alemán para sentir un poco de calor, por momentos logra descansar sus penas, un poco de alivio de no ser golpeado y sus sueños están con un poco de cariño y con un trozo de pan en su panza.
Tiqui tiqui tiqui tiqui Adriana le da algo de comida y él comienza a comer, pero ve que su mano amiga se aleja. ¿Qué hacer?, ¿comer para mitigar su hambre o seguirla para buscar un poco de cariño? Deja la comida y la sigue. Camina y camina sólo atrás de ella, esquiva autos y personas, cruza avenidas y calles. Se echa a las puertas de un colegio a esperarla y ahí queda quieto con la paciencia de un perro callejero sabio. Ya se ha hecho de noche y por fin sale su amiga y nuevamente la sigue. No hay nada.
Tiqui tiqui tiqui tiqui ha encontrado un hogar y ha dejado de ser un perro callejero. Ahora lo llaman por su nombre y él mueve gustoso su cola. Pericles se llama y es todo café; es feliz porque come a la hora que quiere, tiene un amigo perro de nombre Huitlacoche y un gato llamado Garabato. Todos los días está contento porque le dan el amor que siempre buscó, ahhhhhh además de un buen plato de croquetas.
Esta edición digital fue realizada por Editorial Digital UNID y fue terminada en 2017.