Cuando Anna-Maria Mella y sus compañeros llegan a la cabaña ven a Rebecka y Hjalmar Krekula abajo en la playa. Hjalmar está hundido en la nieve, sólo se le ve medio cuerpo. Rebecka está quitando la nieve que lo envuelve con ayuda de una pala. Su ropa está empapada, igual que el pelo. Ha tirado el abrigo al suelo. Le sale sangre de una herida en la cabeza. También le sangran las manos. Maneja la pala con movimientos frenéticos. Hjalmar se pone a cantar otra vez. Ahora es «por la sangre, por la sangre, todos mis pecados quedan perdonados, aleluya». La nieve sale volando en todas direcciones.
Los policías se acercan con cuidado. Tommy Rantakyrö y Fred Olsson guardan las armas.
—¿Qué ha pasado? —pregunta Anna-Maria.
Pero ni Hjalmar ni Rebecka contestan.
Hjalmar sujeta a Tintin y no para de cantar. La perra también está empapada. Está tumbada en la nieve. Levanta la cabeza y da un golpe con la cola.
—Rebecka —dice Anna-Maria—. Rebecka.
Al ver que no obtiene respuesta, se le acerca y agarra la pala.
—Tienes que meterte en la cabaña… —dice, pero no le da tiempo de nada más.
Rebecka se hace con la pala de un tirón y golpea a Anna-Maria en la cabeza. Después la suelta y cae de espaldas sobre la nieve.