POR la ventana de su cuarto hoy no se ven las estrellas. Es una noche de otoño oscura y templada. Mantiene la luz de la habitación todavía encendida. Su sombra reposa en silencio sobre la pared. Aún no le apetece dormir. Como ayer, antes de ayer y siempre, nota dentro esa sensación de ahogo. Lleva varias semanas experimentando lo mismo. Demasiado tiempo. Demasiado ruido en su corazón. Pero batalla en una guerra perdida. Y lo peor es que no va a luchar por ganarla. Si tuviera al menos una sola posibilidad…
Una sola.
Sabe que no la hay. Que es imposible. Que sus sentimientos no son los mismos y que deberá seguir sufriendo. Como ayer, como antes de ayer, como siempre. Nació para vivir en una condena. Sobre todo desde que apareció.
No hay consuelo, no hay esperanza. No hay fe. Ni verdades ni mentiras. Una realidad. La suya.
Se sienta frente al ordenador y la cuenta en su blog.
TIENE UN SECRETO
¿Alguien que me rescate?
Que venga a por mí y me recoja en sus brazos amables. Que me diga que hoy soy especial. Que no haga que me esconda de lo que llevo dentro. Que me apriete fuerte y me sonría con ternura y amor.
¿Hay alguien que me quiera por ahí?
Mi secreto pesa. Lo llevo atado al cuello con una soga que cada día aprieta un poco más. Siento esa cuerda invisible cuando cierro los ojos y cuando los abro. Cuando miro, cuando ando, cuando tiemblo y cuando estoy en mi cuarto en la soledad de una noche que no me deja dormir.
Quisiera ser feliz pero no puedo. No puedo. No puedo.
Y le prometo a todo el mundo que quiero: quiero ser feliz. De verdad. Pero ¿puede serlo alguien sabiendo que no puede tener lo que más desea?
Debo conformarme. Pasar a otra página del libro. Ignorar lo que dicta mi corazón. Decidir de una vez por todas que todo está perdido.
Admitir el final.
Sin embargo, no es tan sencillo renunciar. No es nada fácil olvidar que lo que sientes no se va a ir, que se va a quedar.
Y mañana al despertar volveré a sentir la misma impotencia y la misma angustia por seguir sintiendo lo que siento.
Pulsa el Enter y revisa la entrada que acaba de escribir: <http://tengolsecreto.blogspot.com.es>. Tal vez no debería reflejar en la red cómo se siente. Corre el riesgo de que lo lea alguna persona que la conozca, y allí están plasmados sus sentimientos. Si alguien se da cuenta de quién está detrás de esas palabras…
Pero, por otra parte, necesitaba soltarlo. Desahogarse. Ya que en la vida real no es posible, al menos cuenta con ese rinconcito virtual en el que se camufla bajo una máscara. Y, a pesar de los seguidores desconocidos que la leen, su secreto está bien guardado.